Posible escudo de Gutierre de Toledo, extraido de las armas del concejo de Noreña |
Pese a su ausencia de la diócesis, apenas es
nombrado Obispo envía cartas al arcediano de Ribadeo, dependiente de
la catedral, para asegurarse que nadie en sus tierras jure vasallaje
a nadie que no sea el cabildo o sus representantes. Amenazando con
excomunión a todos aquellos que intentarán apoderarse ilícitamente de los bienes de la iglesia. Comenzaba una constante en su vida como
obispo, la reordenación y defensa de los bienes del cabildo.
Don Gutierre pasó mucho tiempo fuera de la diócesis realizando siempre servicios al servicio de los reyes, en
1379 nos lo encontramos en Valencia de don Juan, villa privativa de
la reina doña Juana Manuel, en la cual los judíos habían alcanzado
gran poder y habían construido una sinagoga más grande que el
templo parroquial de la mayoría cristiana, esto era ilegal según
las partidas de Alfonso X y don Gutierre se dispuso ha hacer cumplir
la ley. Pese a todo el desalojo se realizó de manera pacífica, permitiéndose a los hebreos retirar sus lamparas y las Torás y otras
pertenencias que guardaban en la sinagoga, que a partir de entonces
se utilizó como lugar de reunión del gobierno de la villa de
Valencia de don Juan.
Pero sin duda, el mayor servicio que don Gutierre
hizo a los reyes fue la defensa de Asturias y los intereses reales
frente a las ambiciones de don Alfonso Enriquez, conde de Gijón y
Noreña y hermano bastardo del rey Juan I.
Don Alfonso Enriquez es un personaje central en la
historia castellana de finales del siglo XIV, era hijo bastardo de
Enrique el de las Mercedes, y desde muy pronto acompañó a su padre
en diversos hechos de armas. Cuando tras el regicidio de Montiel, don
Enrique se alza con la corona de Castilla, don Alfonso consigue las
tierras de Asturias que hasta entonces habían pertenecido a su padre
por la herencia de don Rodrigo Álvarez de las Asturias. Por su
experiencia y su posición familiar don Alfonso era alguien a quién
tener en cuenta y en 1378, preparándose una guerra con Navarra, se
encarga al conde recaudar 200.000 maravedíes en las tierras
dependientes de la mitra ovetense. Pero el conde se tomó la labor
demasiado a pecho e intentó recaudar más de lo permitido, levantándose las protestas de los vasallos de la iglesia que hubieron
eco en el obispo don Gutierre. Resuleto a no tolerar menguas en los
suyos, el obispo decidió no pagar nada. Se empezaban a tensar las
relaciones entre los dos grandes terratenientes asturianos.
La situación se va degradando y en 1379, con la
guerra ya de capa caída, don Alfonso se apodera de varios bienes en
los concejos de Somiedo, Teverga y Proaza, interviniendo el rey su
padre para defender a la iglesia ovetense y poner fin a tales abusos.
Ese mismo año el rey muere y sube al trono Juan I, hermanastro de
don Alfonso.
Las posesiones de los grandes señoríos asturianos. |
La muerte de su padre infundió confianza al conde
don Alfonso, el cual persiste en su actitud de acoso a las
encomiendas de la iglesia de San Salvador, en 1380, por petición del
obispo el rey don Juan interviene y su hermanastro parece aceptar la
autoridad real y desistir en su actitud. Pero aprovechando la
inminente guerra de Castilla contra Portugal e Inglaterra, don
Alfonso entra en contacto con los ingleses para ofrecerles un punto
de desembarco en la villa de Gijón. Enterado el rey don Juan acude a
sitiar Gijón, pero don Gutierre media entre los dos y don Alfonos
dice avenirse a la obediencia al rey.
A la par que impone una paz precaria en Asturias,
don Gutierre no descansa, estamos en una época de gran popularidad
de la catedral de San Salvador de Oviedo, que atrae a peregrinos de
toda la Cristiandad. El obispo inicia las obras de la catedral
gótica, comenzándose en 1382 lo que será el nuevo pórtico de San
Salvador que llega hasta nuestros días.
En 1383, apenas dos años después el conde se
levanta en franca rebelión contra su hermanastro abasteciendo varias
de sus fortalezas y haciéndose fuerte en la muy fortificada villa de
Gijón. Había que encargar la defensa de los intereses del rey a alguien de su total confianza. Nadie mejor que un fiel servidor como
don Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo.
En esta ocasión parece que el levantamiento cobró
gran virulencia, especialmente en las tierras de Tineo y Cangas,
donde el conde don Alfonso tenía poderosos seguidores. Pedro Ruiz
Sarmiento, Adelantado Mayor de Galicia, Pedro Suarez de Quiñones,
Adelantado Mayor de León y Pedro Fernández de Velasco, Camarero
Mayor, entrán en Asturias para ayudar a reducir al conde. Mientras
tanto en la montaña leonesa Arias Álvarez de Omaña se enfrenta a
los partidarios del conde en Laciana y las Babias. No solo eso, el
rey envía una carta a 35 caballeros asturianos para que sigan las
ordenes del obispo en la guerra contra el bastardo. Lo hace bien el
obispo, los ejércitos reales llegan a Gijón sin demasiados
problemas. Don Gutierre había allanado el camino.
El 18 de Julio, en el campamento real frente a
Gijón se rinde el conde don Alfonso, al que se le perdona la vida,
pero se le confiscan todos sus bienes. Se da perdón a todos sus
seguidores excepto dos Ferrán Sanchez de Piedrabuena y Diego Sanchez
de Reciella, que habían encabezado la rebelión en Tineo y Cangas.
Los muros de Gijón son derribados, el castillo de Tudela batido,
diversas fortalezas en Tineo y Cangas derruidas, solo el castillo de
Tineo permanece como prisión real. Juan I se asegura así que nunca
vuelva el conde a rebelarse en Asturias. (Lo hará pero ya no en la
región)
La intervención del obispo en esta derrota del
conde fue determinante. No solo el Adelantado de León, Pedro Suarez
de Quiñones, se pone a las ordenes del obispo durante la guerra,
sino que los hombres de los monasterios de Corias y Obona en el
occidente astur, fueron determinantes en la derrota del conde y los
suyos. La guerra debió de alcanzar cotas muy altas de violencia y
crueldad, porque las medidas que tomo don Juan I contra las
fortalezas y vasallos del conde, evidencian que no quería volver a
arriesgarse a algo parecido. Muy posiblemente sin la decidida
presencia de don Gutierre en la región las cosas habrían sido muy
diferentes. Para premias los buenos oficios del obispo el rey concede
al obispado de Oviedo el condado de Noreña, que había pertenecido a
don Alfonso, antes que él a su padre Enrique de Trastámara y antes
todavía a don Rodrigo Álvarez de las Asturias.
Derrotado el conde, don Gutierre no descansa, está
resuelto a fortalecer la posición de la iglesia de San Salvador, se
busca apoyos entre los linajes más potentes de la región destacando
entre ellos los Bernaldo de Quirós, a los que concede la encomienda
de las tierras de Belmonte, Proaza y Quirós. E incuso su hermana
María Gomez se casa en algún momento con Lope Gonzalez de Quiros.
El obispo fortalece también la posición de la
iglesia en la ciudad de Oviedo, asegurándose el nombramiento de uno
de los tres jueces de la ciudad, y la nulidad de las actuaciones de
estos si no están los tres juntos.
En el ámbito religioso redacto un catecismo en
español, organizó reuniones con diferentes sínodos para la reforma
religiosa y otorgó nuevas constituciones a diferentes monasterios,
entre ellos el de Corias y Obona, tan determinantes en la derrota de
los del conde don Alfonso en Tineo y Cangas. De sus diversas
reformas de la vida monástica son buen ejemplo los casos de los
monasterios femeninos de Santa María de Villamayor, en Piloña, y
Soto de Dueñas, en Parres, se descubrió que las monjas de dichos
monasterios no respetaban sus votos, no se respetaban las horas de
rezo, los vecinos entraban y salían a su antojo de los monasterios e
incluso algunas de las monjas habían tenido hijos con algún vecino.
El obispo desalojo a tan relajadas monjas y entregó los monasterios
a los hermanos benedictinos de San Salvador de Valdedios. Realizó
importantes estudios de los documentos guardados en la catedral de
Oviedo, cuyos frutos más importantes son El Libro de los
Privilegios 1382, Libro de la Regla Colorada 1383 y El libro Becerro
o Libro de Don Gutierre, 1385.
El Obispo condenó a la excomunión a todos
aquellos que realizarén practicas mágicas y a aquellos que les
pidan consejo. Ya en tiempos de Alfonso XI, don Alvaro Pelayo en su
Speculum regnum aconseja al rey que persiga a brujos y adivinos que
abundan en las tierras de Andalucia y Asturias, donde se hallan
sortilegios, maleficios, adivinos, encantadores, augures, arúspides,
geomanticos, nigromanticos y otros magos.
En 1386, ante la posible invasión del Duque de
Lancaster, se encarga al obispo proteger Asturias de los ingleses. No
serán puestos a prueba los preparativos llevados a cabo por don
Gutierre, el Duque de Alencaster conquista Coruña y Santiago, pero
se dirige a Castilla. La guerra finaliza con un acuerdo entre el rey
don Juan y el Duque mediante el cual la hija del segundo se casa con
el heredero del primero, como dote se funda el Principado de
Asturias, que será a partir de entonces dominio privativo del
heredero al reino de Castilla. En ese mismo año don Gutierre funda
en Salamanca el Colegio de Pan y Carbón, el más antiguo de
Salamanca, para alojar a seis estudiantes (dos ovetenses, dos
toledanos, dos palentinos, su tío Gutierre Gomez de Luna era Obispo
de esa diócesis).
Muere don Gutierre en 1389, siendo enterrado en la
catedral de San Salvador en la capilla de Covadonga, edificada en la
catedral de Oviedo para albergar sus restos.
Ideas de aventuras: don Gutierre envía a los PJ's a visitar diversos monasterios con el propósito de comprobar el estado de la vocación en Asturias. Los Pj's descubren poco a poco como se han relajado las costumbres de los monjes y monjas hasta extremos insospechados, deben dar cuenta de esto al obispo. Ahora bien, los monjes no tienen porque dejarles marchar...
O a lo mejor los Pj's forman parte de esos monjes disolutos que están siendo perseguidos por el obispo. Tal vez, si huyen con algunas de las riquezas de su monasterio podrán evitar el pasar el resto de sus días en una celda de clausura.
Parece ser que Asturias está plagada de practicantes de la brujería y el adivinamiento. Don Gutierre quiere poner freno a estas practicas que atan a los plebeyos a la ignorancia y la superstición y envía a unos hombres de confianza a acabar como bien puedan con esta plaga. Claro que los adivinadores, nigromantes, brujos, etc. no se van a dejar eliminar y tienen poderosos aliados... (En este caso en concreto me gusta imaginarme a don Gutierre más como un hombre sabio que realmente quiere alejar al populacho del miedo y la superchería, que como un matarife de la FVL, claro que a lo mejor estos últimos consideran que el obispo demasiado laxo en sus maneras e intentan quitárselo de en medio, en las manos de los Pj's estará impedirlo)
Post scriptum: la bibliografía fundamental de está entrada ha sido "Gutierre de Toledo Obispo de Oviedo, 1377-1389" de Francisco Javier Gonzalez Conde, aunque también la Enciclopedia de Oviedo y "Vivir en la Asturias Medieval" de VV.AA.
En el Privilegio rodado de Juan I de Castilla en las Cortes de Segoviael año 1383, no se concede ni menciona en momento alguno el título de Conde de Noreña sino "el Señorío de Noreña a Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo y a sus sucesores en el cargo"
ResponderEliminar¿Es una interpretación errónea lo trascrito por Risco,124, Miguel Vigil101, Canella,23 Higinio Monte,111, Juan Uría Macua, Carlos González Cuesta y José A. Leirado Arbesú,74 entre otros autores, el citar el Privilegio otorgado por Juan I en el año 1383, como origen del Condado de Obispalía de Noreña?
Ver Condado de Noreña/ Villa Condal de los Obispos de Oviedo
http://www.norenaentranable.es/pagina.htm