sábado, 19 de marzo de 2016

Salas: mitos y leyendas.

Salas, mitos y leyendas

Salas, tierra de leyendas

El pozo Fullaricos

En las cercanías de Ablaneda, allá por el alto de Pedrafita, dicen los que saben que se encuentran el famoso pozo Fullaricos (o Ful.lericos), bajo cuyas aguas se esconden los restos de un antiguo palacio.
Nadie sabe, eso si, a quién pertenecía el susodicho, pues no hay cristiano vivo que lo haya podido contemplar, pues hasta los más viejos del lugar lo han conocido siempre como lo que es.

Salas, pozo Fullaricos
El Pozo Fullaricos según Juan Pablo Moratiel
Pero donde no llega el saber alcanza la imaginación y la leyenda. El rey pertenecía a un noble viudo, que si era de horca y cuchillo, no se sabía, porque no parece que fuera malquerido por los suyos. Como no podía ser de otra manera el ilustre viudo tenía una hija, quien por supuesto, era la más bella del lugar y cortejada por un buen número de gentilhombres. Como no decidía con quien casarse y no debía de haber ningún monstruo matadero por los alrededores, el noble viudo decidió que entregaría la mano de su hija al primero que fuera capaz de traer agua desde el Pozo Verde, que estaba en La Espina, a unas buenas dos leguas de subidas, bajadas, riachuelos, bosques impenetrables y demás dificultades para hacer la cosa interesante y asegurarse que el ganador estuviera realmente comprometido con el asunto.

La dificultad de la tarea asusto a más de uno y tan solo tres pretendientes se presentaron. Dos de ellos unos galanes como Dios manda, guapos y apuestos a más no poder, el otro feo y contrahecho y encima vago, porque mientras los dos apuestos caballeros se ponían manos a la obra y comenzaban a escavar sendas acequias ( no os penséis que bastaba con lleva agua en un pellejo no, si vas a entregar a tu hija a un desconocido por lo menos que te haga una buena canalización), el feo, decía, se pasaba el día tirado a la bartola y sin mover un dedo. Y no fue hasta que la cosa estaba casi terminada y a punto de decidirse, que le dio al feo por ponerse a trabajar. Y hete aquí que lo que los dos hermosos jóvenes llevaban semanas haciendo, el contrahecho lo hace en una sola noche y sin despeinarse, El agua bajaba desde el puerto de La Espina, hasta el palacio en Ablaneda. 

Ya iba el horrendo a reclamar su premio, pues había cumplido parte de su cometido, cuando la doncella gritó: "¡Antes se hunda este palacio que casarme yo contigo!" Y como el pretendiente feo no era otro que el diablo, pues dicho y hecho, se hundió el palacio y el casamiento no tuvo lugar.

Y hay quién dice que de vez en cuando se aparece en el pozo, entre vigas y maderas que emergen, la doncella, transformada ahora en xana que promete riquezas sin cuento a quién la desencante.

Otra versión de la leyenda dice que el diablo ya se había aparecido con anterioridad a la doncella prometiendo hacerla más bella que otra joven que vivía en Belmonte, a cambio la doncella habría prometido su alma al diablo y éste habría participado en el asunto de la acequia para cobrársela. Pero desde mi punto de vista debe de ser un pegote de dos leyendas distintas, pues si el diablo ya le había dado más belleza a la joven a cambio de su alma, a santo de que le iba a sanear las tuberías.

Lo que a mi entender es más interesante es el origen de la leyenda. El pozo Fullaricos fue en origen una balsa receptora excavada por los romanos para que las aguas que usaban con su peculiar método de extraer oro se embalsasen y los restos de maderos y vigas que los aldeanos decían ver no serían sino fragmentos propios de la minería de oro. Y digo que es más interesante porque de una forma muy peculiar la leyenda nos habla de esa misma actividad: los pretendientes tienen que traer agua desde lo alto de La Espina hasta Ablaneda, es decir tiene que hacer una canalización que iría a parar al pozo Fullaricos o, más bien, que le daría origen. En el fondo la leyenda nos habla del origen artificial del pozo, de las grandes obras realizadas por los romanos para extraer el oro de los astures y de la posible existencia de ese oro en el fondo del pozo, camuflado ahora como tesoros de la xana. Tal vez el hecho de que la doncella se transforme en xana nos hable de la pervivencia de cultos paganos durante años después de que los romanos se hubieran ido, pues la diosa de las aguas se muestra sobre los escombros del mundo romano. Pero todo esto no son sino teorías de mi propia cosecha.

Los Infantes de Soto

Muy cerca de Ablaneda, de hecho a menos de una hora a buen paso, se encuentra Soto de los Infantes, una aldea un poco más grande que la primera, pero tampoco mucho más y que tuvo en su día muy ilustres vecinos. Y según a quién se pregunte eran vecinos buenos, o vecinos malos. 

Los que hablan de vecinos buenos dicen que en Soto vivía una reina que de una sentada dio a luz a siete hijos. O no eran de su marido, o no debía de ser una reina muy boyante, porque siete le parecieron demasiados y decidió deshacerse de seis de ellos. Los metió en una cesta y mandó a una criada que los tirara al río. Pero la criada se dio de bruces con el rey, quién le preguntó que llevaba en la cesta, la criada contestó que unos perrinos, y el rey que quería uno, la criada que no, que son muy flojos, y el rey porfiando por el perro. Y claro la criada destapo la cesta y el rey descubrió la verdad, pues la criada no dudo es explicar con pelos y señales lo que había pasado.

En lugar de ir a cantar las cuarenta a sus esposa el rey busco seis nodrizas y entregó un niño a cada una y no dijo ni mu a su mujer, fingiendo creerse el cuento de que había tenido un hijo y solo uno. Pasaron los años, los mozos crecieron y el rey celebró una fiesta en su palacio (este no se le había hundido como el de Ablaneda). El rey mandó que los siete muchachos se vistieran de la misma manera y cuando la reina llegó, la obligó a descubrir cual de ellos era su "único" hijo. La reina sabiéndose descubierta se desvaneció y algunos dicen que murió en el acto. Y una vez reunidos los siete niños, dicen que se convertirían en los Siete Infantes de Lara

Y si alguien está pensando que los Infantes de Lara no eran especialmente buenos, que parece que eran de tirar de espada a la primera de cambio. Eso es porque no conocen a los otros infantes a los que se les atribuye el segundo nombre de Soto. Por supuesto son los Infantes de Carrión, los que maltrataban a doña Sol y doña Elvira y recibían las justas iras del Cid Campeador. Pues a decir de algunos se habrían refugiado en Soto de los Infantes. Estos serían los vecinos malos, claro.

La verdad es que esta leyenda parece no tener más sentido que el de unir el nombre del pueblo a los pocos infantes que, a parte de los hijos de los reyes, parecen haber existido en la historia del reino de Castilla y León. Todo viene de una más que sencilla confusión, los Siete Infantes de Lara si son originarios de Salas, de Salas de los Infantes, en Burgos. Y los infantes de Carrión... pues aquí hay un poco más de miga, Los infantes de Carrión eran hijos de los condes del mismo lugar, en Palencia, pero el origen del linaje se remonta a la boda de una tal doña Cristina con Ordoño Ramirez, el ciego, hijo del rey Ramiro III. ¿Y quién era la madre de doña Cristina? Pues doña Velasca Ramirez, amante o esposa, según se diga, del rey Bermudo II de León. Y esta Velasca fue ni más, ni menos que la fundadora del monasterio de Cornellana, lugar que otra tradición también señala como refugio de los Infantes de Carrión. 

Como se ve las leyendas esconde una pequeña parte de verdad.

El palacio de Marcel

No teniendo suficiente con el palacio de Ablaneda, el de Soto de los Infantes, el de Salas y el de la Doriga, los del concejo tenían otro palacio más, este situado en Marcel (o San Marcelo), lugar situado en la ruta primitiva a Santiago. No hay que buscar este palacio porque ya no existe, pues se lo llevó por delante una riada del Narcea. En él gobernaba, ahora si, un señor de horca y cuchillo, que ante el casorio de uno de sus vasallos decidió ejercer su derecho de pernada. Los padres de la muchacha, ni la muchacha misma, ni el novio, se supone, estaban por la labor de permitir tan venerable costumbre, así que cubrieron a la moza de cucho (estiércol) y la vistieron con felpeyos (harapos) y viéndola de esta guisa el señor de horca y cuchillo decidió olvidarse de la pernada y permitió la boda sin más dilación.
 Lo que no queda claro aquí es como es posible que a un palacio se lo lleve por delante una riada del río Narcea, que está como a media legua de allí, un misterio que no he sido capaz de resolver.

La Doriga.

Ya se relato esta historia en este blog tiempo ha, Aquí en concreto. Pero para los más perezosos la repito. Los señores del palacio de La Doriga, a tiro de piedra de Cornellana, tenían una hija pequeña que se extravió en los bosques cercanos. Cuando los suyos la encontraron había permanecido a salvo gracias a una osa que la habría protegido y amamantado. Como esto fue considerado un hecho milagroso, se construyó en agradecimiento el monasterio de Cornellana y en él la Puerta de la Osa.Y aquí paz y después gloria.  
Mapa del concejo de Salas
El concejo de Salas

Sobre xanas y xentiles

Leyendas de palacios a parte, lo que abundan en Salas son las xanas y los xentiles, también llamados mouros. Hay que recordar una vez más que para los asturianos de la época, mouros no designaba específicamente a los seguidores de Mahoma, sino también a todos aquellos ajenos al credo cristiano, ya fuesen musulmanes, paganos u otras cosas... 
Aunque de los mouros no se conservan leyendas o historias de gran calado si que han quedado en Salas muestras de su presencia. Está la Cueva de los Xentiles (o de los Mouros) en Las Peñas, los castros de Alba y La Viña, construidos por los mouros y de los que se decía que siempre estaban en guerra uno contra el otro, el Fornu de los Mouros, donde se dice que se encuentra una ayalga escondida y para terminar está otra Cueva de los Mouros (o de los Xintiles, de nuevo) en Regueria Cavada, donde de nuevo nos encontramos con lo que parecen ser restos dejados por los romanos, pues Regueira Cavada sería algo así como el Reguero Escavado ¿otra canalización de la minería aurífera de los romanos?

En cuanto a las xanas nos encontramos en Salas el rio Xania y la braña de Sinxana. Y en el río Nonaya, en el conocido como Pozu Ondina se aparecía una xana en la Nueche de San Xuan y parece que decía "Xana, xaineta, dame tu riqueza, toma mi probeza" aunque parece más bien que aquí hay un poco de confusión y que serían los humanos los que deberían recitar esa formula para adueñarse de los tesoros de la xana. 

Pero no era aquella la única xana a la que le gustaba pasearse en la noche de San Xuan. En Fonte Xania a la xana del lugar le gustaba salir a pasear esa noche con sus muchas ayalgas y en una ocasión un rustico de los alrededores le arrebató un cáliz de plata. La xana echó a correr detrás del ladrón y éste solo pudo salvarse invocando a la virgen y prometiendo entregarle el cáliz. La xana desapareció al oír mentar a la Virgen y el rústico entrego la copa de plata a la iglesia de Biescas. Claro que en Perllunes, Santiago de Aguino y Santa María del Puerto cuentan lo mismo, pero como parece difícil que la xana perdiera tantas copas de plata es de suponer que alguna de las historias, o todas tal vez, sean falsas y fruto de la imaginación de los lugareños.

Otros seres del mundo Irracional

No se han visto Cuelebres o Pataricos por las tierras de Salas, pero si a la Güestia, aunque en Zorrina, la conocen como Güestia Caliera, sabrá Dios porqué.
En La Espina, si allí donde se reúnen siempre los representantes de los concejos para hermanarse, se habla de La Berrona, es decir La Llorona, una bruja que se lleva a los niños por las noches.
Y para terminar volvamos con un ilustre personaje, gran inquisidor, martillo de herejes, redactor del indice de libros prohibidos: Fernando de Valdés y Salas, que ya se ha pasado varias veces por este blog. El hombre era oriundo de estas tierras tan encantadas y llenas de prodigios y en una ocasión, cuando ya era Obispo de Oviedo, inició un pleito, a petición de los vecinos, contra una plaga de ratones que devoraban las cosechas. Los ratones, no faltaba más, contaron con abogado y procurador, pero debieron de hacer una defensa endeble, pues el ilustre Obispo y futuro Inquisidor, falló en su contra. Los ratones, eso si, abandonaron el concejo, tal y como dictaba la sentencia.

Ideas de aventura

  • Los Pjs acaban de llegar a la pequeña aldea de Ablaneda. Simplemente pasan por allí o tal vez se hayan perdido. Sin embargo los lugareños piensan que son un grupo de ayalgueros dispuestos a robar el oro que creen que se encuentra en el fondo del pozo Fullaricos. Y no están dispuestos a permitirlo.
  • Mientras se reposan en el hospicio de La Espina los Pjs empiezan a oír un llanto que, aunque lejano, es muy perturbador. Las monjas del hospicio empiezan a tapiar puertas y ventanas murmurando algo sobre La Berrona. Cuando todo está cerrado alguien golpea las puertas atrancadas: una familia de viajeros, con un bebe en brazos piden refugio. Los llantos se oyen cada vez más cerca.
  • El merino de Salas encarga a los Pjs que investiguen los rumores de dos bandas armadas que parecen guerrear entre ellas en la zona. Lo que nadie sabe es que son los Xentiles de La Viña y El Alba que guerrean entre ellos desde hace miles de años.

Bibliografía

  • www.amisalas.org, 
  • Asturias Legendaria: historias, Leyendas, gentes y seres mágicos de la mitología. Miguel Arrieta. TREA. 
  • Mitos y Leyendas Asturianas. Editorial Picu Urriellu. Alberto Álvarez Peña.

jueves, 11 de febrero de 2016

Salas: castillo, camino y monasterio.

Salas, puerta de Occidente

Que un lugar tan discreto y poco conocido se atribuya el nombre de Puerta de Occidente puede parecer como poco pretencioso, teniendo en cuenta que Salas, a vista de pájaro, está más cerca del fin de la tierra (Finisterre) que del principio de nada. Pero todo es cuestión de perspectiva y cuando se habla de Salas, puerta de Occidente nos referimos, como no, al Occidente asturiano, que para nuestros intereses no hay más importante ni relevante. Veamos porqué.

Entre dos Asturias

Como todas las puertas, y esto ya lo sabían los romanos con su dios de dos caras Jano, Salas es principio y fin  de dos lugares que se dan la mano en ella: las Asturias de Oviedo y las Asturias de Tineo. Hay que recordar una vez más que esta distinción, lejos de ser baladí, hace referencia a una realidad mucho más antigua de lo que se pueda pensar, pues los limites entre ambas Asturias las marcaron ya las tribus astures, estando los Lugones en la zona centro (Asturias de Oviedo) y los Pesicos en el Occidente (Asturias de Tineo).
Salas se encuentra justo en la confluencia de ambas, atravesada de parte a parte por el Camino Primitivo a Santiago y bañada al sur por el río Narcea que la separa de Belmonte de Miranda, siguiendo el curso río abajo se llega a la confluencia de éste con el Nalón, río arriba se adentra en la montaña asturiana, en este sentido también se sitúa Salas entre la Asturias del mar y la de la montaña.

Microcosmos

Además de ese Camino Primitivo que la atraviesa, en la historia medieval de Salas se dan cita casi todos los elementos que definen el periodo. Tenemos un monasterio de renombre e importancia, Cornellana; tenemos castillo, el de la propia Salas; tenemos puebla medieval, que nació alrededor del castillo; y tenemos familia noble del lugar, los Lamuño. Por supuesto son demasiados grupos de poder en un espacio tan pequeño, Salas se vio sacudida de lleno por los conflictos sociales típicos de la edad media; señores contra monasterios, poblas contra señores, monasterios contra poblas... y entre tantos dimes y diretes los peregrinos iban y venían por el camino después de haber visitado el Salvador en la Sancta Ovetensis.

Historia

Desde antiguo los humanos poblaron el paisaje de Salas. Y se quedaron, bajo tierra, en los túmulos de las Traviesas, en Terra Riba, en las Campa de San Juan, en Penausén... Luego vinieron los castros y más tarde aún los romanos, que plagaron el paisaje de minas de oro, canales y estanques, siendo el más famoso de estos el Pozu Ful.lerico, en otra entrada se dirá porqué.

Ahora bien, la Salas como tal empieza a formarse en los oscuros años de la Edad Media. A finales del reino de Asturias y principios del de León, se dan noticias de diversas donaciones que los nobles y príncipes locales hacen a la mitra ovetense. Llegamos así a 1024, año fundacional del monasterio de Cornellana, que cien años después sería cedido a los abades de Cluny.

Exactamente cien años después, en 1124, ya se habla del castillo y la torre de Salas. No se sabe mucho de él, muy posiblemente fuera una estructura muy primitiva, de madera total o parcialmente, pero contaba con foso y puente levadizo. Muy seguramente alrededor de este primitivo castillo empezara a desarrollarse lo que sería la villa Salas. Y cierta importancia debió de alcanzar en poco tiempo, pues en 1138 Alfonso VII, Imperator Totius Hispaniae, otorga las aldeas de Salas, Lamuño y los cotos de San Salvador y Linares a Fernando de Lamuño, formando el señorío de Salas y dando origen a la que a partir de entonces sería la familia dominante del lugar; los Lamuño. Tanto es así que mantendrían el título de Señores de Salas hasta el s. XIX
El castillo de Salas.
El castillo de Salas según Juan Pablo Moratiel.

Tuvieron que esperar los de Salas ciento cincuenta años más para tener su fuero y librarse de los señores. Lo consiguieron, como no, en época de Alfonso X, ese fundador de ciudades, que otorgó en 1277 la carta puebla al lugar organizándose por fin la villa y el concejo. Su nombre en origen era Salas de Nonaya, refiriéndose al río que atraviesa la villa y como muchas otras polas asturianas, Salas carecería de muralla.

Pero una vez fundada la pola empezaron los problemas con el otro gran poder del lugar. El monasterio de Cornellana. No hay muchos datos de estos conflictos, pero llama la atención que desde el mismo 1277 Salas ya este presente en las Hermandades de Concejos que comienzan a florecer para mejor defensa de los intereses comunes. Está primera Hermandad, que incluía a  Avilés, Pravia, Grado, Somiedo, Valdés, Tineo, Cangas del Narcea y Allande, se proclama en el alto de La Espina, puerto de montaña situado dentro del propio concejo. El pacto se repetiría en 1316, durante la minoría de edad de Alfonso XI, época turbulenta donde las haya en la que la única garantía de orden era la propia fuerza.

La villa perdió sus derechos con la llegada de los Trastámara, y paso en 1373 a ser parte del señorío de Alfonso Enriquez, ese hijo bastardo de Enrique de Trastámara que tantos quebraderos de cabeza daría a sus parientes. Pero por fortuna para nuestra villa protagonista, este comportamiento tan díscolo por parte de su señor hizo que se restituyeran sus fueros en 1382, tan solo nueve años después de haberle sudo arrebatados.

Ya ha finales de la edad media, en pleno reinado de los Reyes Católicos, Salas y otros cuatro concejos limítrofes (Grado, Pravia, Valdés y Miranda) se hermanan de nuevo y pasan a integrar un solo asiento en la Junta General del Principado.

Y si parece que los Lamuño, el monasterio y la puebla de Salas fueran ya suficientes focos de poder en un espacio tan pequeño, todavía falta hablar del otro linaje de la zona; los Doriga, que asentaban sus reales en la localidad homónima, y se refugiaban también en una poderosa torre, a apenas unas leguas de Cornellana. Pero los Doriga se llevaban bastante bien con la villa de Salas, tanto es así que en 1378 Garci Fernández de la Doriga represento a Salas es la Junta General que se reunía para poner enfrentarse a Alfonso Enriquez. Los de la Doriga prosperaron tanto que entre los siglos XV y XVI adosaron un palacio a su vieja torre, suplantaron a los Lamuño como familia más significada de la zona y siguieron representando a Salas en la Junta del Principado.

La última familia que nombraré serán los Salas, otra distinguida familia que andado el tiempo emparento con los Valdés y tuvo como su más insigne hijo a Fernando de Valdés de Salas, el gran Inquisidor. Los Valdés-Salas se hicieron con el señorío de la fortaleza de la villa, que aún a día de hoy lleva su nombre.

Por último reseñar que como el concejo se encuentra atravesado por el camino de Santiago son tres los hospitales que socorren a los peregrinos en su caminar por el concejo, uno en el monasterio, otro en la villa y el último en La Espina, aunque este último dependía de la Mitra de Santiago.

Ideas de aventuras


  • Un grupo de Pjs se dirigen a Salas durante su día de mercado. A la altura de Cornellana un grupo de hombres armados hasta los dientes y comandados por un monje les exigen un tributo para poder seguir. ¿Aceptan los Pjs a pagar el tributo o se resisten armas en mano?
  • Los Pjs están peregrinando a Santiago y esperan alcanzar el hospital de peregrinos de La Espina antes del anochecer. Sin embargo cuando por fin llegan al refugio descubren que está completamente abandonado, con platos sobre las mesas, fuegos todavía encendidos, y vasos a medio beber. ¿Que ha ocurrido con todos los que allí estaban?
  • Tras las guerras contra Alfonso Enriquez los Pjs disfrutan de un merecido descanso en la pola de Salas. Pero una noticia inquietante viene a turbarles, un antiguo vasallo de don Alfonso al que creían muerto se dirige de vuelta a la puebla, hay quién dice que para vengarse de los Pjs por pasadas ofensas. Nadie en Salas parece apoyar a los Pjs, están solos ante el peligro.

Post Scriptum

Por supuesto el castillo de Salas, con su palacio del s.XVI y su colegiata son lo que más destaca a primera vista de la villa. Pese a todo he decidido no hablar de ellos, castillo a parte, porque se escapaban del arco temporal de Aquelarre y no quería alargar demasiado el post. Baste decir que en la colegiata está enterrado el Inquisidor General Fernando de Valdés-Salas, fundador de la universidad de Oviedo, azote de herejes e incrédulo de Brujas. 
En el pequeño espacio que ocupa el concejo de Salas se localizan dos torres en buen estado de conservación (la de Valdés-Salas y la de la Doriga), un monasterio a punto de cumplir mil años, varios hospitales de peregrinos e iglesias que se remontan al reino de Asturias. Solo por eso ya merecía la pena el post.
Pero los que seáis habituales de este blog os habréis dado cuenta de que no está incluida en el post la habitual sección de mitos y leyendas. Esto no se debe a que en Salas no haya nada que contar al respecto. Al contrario, es tanta y tan abundante la fauna mitológica y legendaria en el concejo que se merece un post aparte, que espero tener listo en breve y en el que incluiré el mapa del concejo con todos sus puntos de interés. No os lo perdáis. 

Bibliografia


  • www.ayto-salas.es/historia
  • www.castillosdelolvido.com
  • es.wikipedia.org/wiki/Salas#Edad_Media

jueves, 21 de enero de 2016

Covadonga, el principio de todo.

Covadonga, la cueva de la señora


¿Que hace que un lugar sea sagrado y otro no? ¿Qué es lo que vieron los antiguos astures, o los que habitaban en lo que después sería Asturias antes que ellos, para determinar en cuál de las cuevas vivía su diosa y cual no? ¿Simple casualidad?¿La espectacularidad del paisaje?Las apariciones celestiales? Imposible saberlo.

Vayamos por el principio, el principio de todo.

En el principio

Acabada la guerra civil entre Marco Antonio y Octavio Augusto, este último decidió que sería de muy mal gusto celebrar un triunfo tras luchar contra compatriotas romanos, muchos de los quirites tendrían parientes que habrían muerto luchando en el bando perdedor y no verían con buenos ojos el festejo. Hábilmente Augusto decidió montarse una espléndida guerrita en una esquina de su imperio para, una vez derrotado el enemigo, poder festejar un triunfo digno de su persona. Casualidades del destino esa esquina estaba en el norte de Hispania. Apretado contra la costa norte de la península, estaba el irredento territorio de los cántabros y los astures, tribus barbaras, algo celtas, muy belicosas ellas y muy amigas de saquear las poblaciones de la meseta, ya sometidas a Roma, de vez en cuando.
 Estas guerras cántabras se alargaron por más de diez años y al final Augusto cedió el triunfo a su general Agripa, pero éste avergonzado por celebrar lo que se había convertido en una guerra larga y sangrienta rechazo celebrarlo. Con lo cual las tribus de cántabros y astures fueron conquistadas un poco para nada. Bueno, ahí estaban esas minas de oro en la tierra de los Pesicos, algo es algo.

¿Y qué tiene que ver la conquista romana con la Virgen de Covadonga? Pues veremos, por ahora quedemos solo con un dato, el historiador romano Floro dice que los cántabros se refugian en un lugar llamado Mons Vindius porque creían que antes llegarían a él las olas del mar que las legiones de Roma. Se equivocaron, pero en fin.

Los caldeos


Alfonso III el Magno
Alfonso III el Magno
Saltemos setecientos y pico años en el tiempo. Hasta el 722 dC aproximadamente. Un grupo de astures comandados por un antiguo espatario del rey Rodrigo se sublevan contra el recién establecido poder musulmán. ¿Y dónde se refugian? De nuevo en un monte, el monte Auseva, en una cueva, donde dicen contar con la protección de la Santa Virgen, porque esa es su cueva, la Cueva de la Señora. Cova Dominica. Covadonga. Cuentan las leyendas que Pelayo ya había estado en la cueva, llego persiguiendo a un bandido al que encontró postrado frente a una crucecita. Apunto de acabar con el bandido, su mano fue detenida por un oportuno ermitaño quien le profetizo que en su día el mismo necesitaría el refugio de la cueva y de quien allí moraba y Pelayo, impresionado, perdono la vida al malhechor. Hizo bien. Cuando se entabló batalla con los árabes, sus hombres, que se habían alimentado de la miel de los panales escondidos en la roca, recibieron ayuda divina. Las flechas que los caldeos les lanzaban se volvían contra ellos.
Claro que esta versión de la batalla nos llega a través de unas crónicas muy posteriores. Del reinado de Alfonso III, en pleno siglo X, con lo no está garantizada su veracidad. A todas luces las cifras de cientos de miles de caldeos (esto es, los musulmanes) que se dice perecieron en la batalla son una exageración, y por eso hay quien afirma que fue más bien una escaramuza, que no existió ni siquiera, o que en realidad lo que hubo fue una lucha de voluntades entre un ermitaño llamado Pelayo y un tentador obispo Oppas, en este caso los moros no serían musulmanes sino unos seres pre-humanos o pre-cristianos que representaban el caos primordial.
No está mal.
Para terminar con Pelayo decir que el poema de Fernán González (s.XIII) nos dice que se el antiguo espatario se encontraba escondido en una cueva hambriento y lacerado. Un ángel dice a los godos huidos del invasor musulmán  que lo busquen para que los lidere.

Auseva o Vindius

Pero ¿es Covadonga y el monte Auseva lo mismo que el Mons Vindius? Imposible saberlo,
Pelayo, rey de Asturias
La visión de Juan Pablo Moratiel
del rey Pelayo
hay quien dice que lo segundo hace referencia a todos los Picos de Europa, pero hay otros que dicen que de la misma manera que Pelayo y los suyos se refugiaron en Covadonga porque allí sería defendidos por los místicos poderes de la Virgen, los cántabros del 20 aC se refugiaron exactamente en el mismo sitio porque allí serían defendidos por los poderes de su diosa, La Señora de la Cueva.
Hay que tener en cuenta que el entorno, si impresionante en nuestros días, aún lo era más en la brumosa Alta Edad Media. Bosques profundos, infranqueables montañas, una cueva escavada de manera imposible, un río que brotaba de los pies de la misma (por cierto, el río Deva, nombre que significa diosa), un escenario épico como pocos para derrotar al invasor.
 Y es que los alrededores de Covadonga parecen haber tenido siempre, y hablamos de miles de años, un carácter sagrado. Rodeando el lugar se encuentran los dólmenes de Abamia, Mía y la Santa Cruz, sobre los Pelayo y Favila construyen las primeras iglesias cristianas del territorio astur. La antigüedad de esos dólmenes, así como las pinturas rupestres de la cercana cueva del Buxu (¿el bruxo?) nos hablan de una sacralización de la montaña que viene desde tiempo inmemorial.

Más leyendas

Y no es la única pista que nos da el folclore. En la leyenda de las Virgenes de Colunga, nos encontramos con tres vírgenes que se alejan del mar, una de ellas decide ni oírla, ni combatirla y se instala en una cueva entre las montañas. Sí, en Covadonga, La leyenda de la Virgen y las cuevas del mar nos vuelve a hablar de una Virgen que huye del océano portando un bulto de luz, desde donde la persiguen unos "moros", de nuevo símbolos del caos primigenio, representado aquí por el mar cambiante. Todas estos detalles, la cueva, el mar como el caos, los moros en lugares insólitos, el bulto de luz, nos hablan de una simbología muy anterior al cristianismo, que ha sido recogida poco a poco y transformada hasta dar lugar a la Covadonga que conocemos hoy día. La Señora de la Cueva. La diosa de los asturianos.

Ideas de Aventuras

  • Una figura fantasmagórica se deja ver por las noches en la Santa Cueva, los monjes del cercano cenobio buscan ayuda asustados. Hay quienes dicen que es la misma Virgen que vuelve a castigar a los pecadores, otros opinan que es el demonio que busca desacralizar la prueba, los menos hablan de una xana que camina enroscada en una serpiente...
  • Un peligroso asesino perseguido por los Pjs ha buscado refugio en la Santa Cueva. Los monjes impiden el paso a los jugadores aduciendo que es un lugar sagrado de Santuario, pero los jugadores saben que el asesino solo pretende ganar tiempo. ¿Respetarán el santuario o cometerán un sacrilegio para capturar a un peligroso criminal?
  • Una mujer solitaria pide a los Pjs que la escolten hasta el Santuario de Covadonga. A punto de llegar les dice que la mar no es cuestión de oírla, ni combatirla, y luego desaparece misteriosamente. ¿Quién es este fantasma que se les ha aparecido? ¿Por qué a ellos? ¿Cuales son sus intenciones?

Bibliografía:


  • Geografía Sagrada De Asturias. 2003. Juan Luis Rodríguez-Vigil RubioRamón Rodríguez Álvarez.
  • ASTURIAS LEGENDARIA: HISTORIAS, LEYENDAS, GENTES Y SERES MAGICOS DE LA MITOLOGIA, MIGUEL ARRIETA , TREA, 2005
  • Las fiestas asturianas, nuevas formas y viejos ritos. Ed. Picu Urriellu. David M. Rivas.