Pese a ser una ciudad pequeña, incluso para la época (Valencia por aquel entonces tenía 60.000 habitantes y Oviedo como máximo 5000), su alfoz, que incluía las tierras de Nora a Nora, no era capaz de procurar alimento a la población ovetense, convirtiéndose la vieja capital astur en "ciudad de acarreo", esto es, ciudad a la que había que llevar desde fuera los alimentos y suministros necesarios para su mantenimiento. Estos llegaban en parte por la ruta terrestre que atravesaba el puerto Pajares, a lomos de mulas u otro tipo de caballerizas, porque no eran caminos adecuados para carros, aunque la fuente de suministro realmente importante era el puerto de Aviles que, éste si, parece tener un camino adecuado para circular los carros en los que se llevaba las vituallas y otras mercancías necesarias para la ciudad.
Alfoz de Oviedo |
En el año 1305 se concede por alfoz a Oviedo las tierras de Priorio, Caces y las Caldas posiblemente para compensar a la ciudad por la perdida del territorio de Siero, que había sido entregado ese mismo año a Rodrigo Álvarez de las Asturias, como precio para que apoyara el bando real, y, prácticamente hasta el siglo XIX, cuando se instala en Trubia la fábrica de armas y pase la parroquia a depende de Oviedo, no se modificará este alfoz.
Pese a todo, ese alfoz tan pequeño y poco apropiado no está carente de interés ni falto de sitios interesantes y misteriosos, lugares mágicos y siniestros en los que meter en apuros a nuestros Pj's. Y todo ello sin apenas alejarse una legua de la ciudad de Oviedo.
Empecemos por el principio, cuenta la leyenda que en tiempos antiguos, muy antiguos, vivió por estas tierras un gigante de proporciones colosales llamado Noraco. Cuando cansado de este mundo decidió abandonarse al sueño se echó sobre la tierra y se abandonó al mundo onírico de manera tan, tan profunda, que terminó convirtiéndose en piedra. Su colosal y pétrea figura es lo que los humanos llaman monte Naranco, lugar de frondosos bosques y abundante caza, a la ladera del cual transcurre el camino de Santiago que parte desde la basílica-catedral de San Salvador, en donde se puede encontrar la misteriosa cueva de La Cogolla, donde se dice habita una xana, donde se encuentra también, en algún lugar, la cueva de Mari Cuchilla y donde se construyó la iglesia de San Miguel de Lillo y el pequeño palacio de Ramiro I, consagrado como iglesia de Santa María del Naranco. Tengan precaución los caminantes que transiten este camino de peregrinos, porque transcurre muy cercano a una de las dos malaterías que tiene la ciudad de Oviedo, aquella que, para diferenciarse de la otra más famosa, se llama de Paniceres.
He dicho que la otra malatería es más famosa, pero lo he dicho sin quitar merito a la de Paniceres, aunque la verdad sea dicha es que la que se sitúa en el lugar que ya ha venido a conocerse como San Lazaro, es más grande que aquella de Paniceres, aunque es difícil precisar cuantos malatos eran capaces de albergar una y otra, en algún momento llegó a haber solo dos malatos y en otro tiempos había "bastantes", dando lugar a problemas de espacio. Estos malatos tenía prohibido entrar en la ciudad, excepto en el día de la Cruz (¿3 de Mayo?), hasta el mediodía, siendo el malato que entre en Oviedo fuera de esas fechas expulsado de la ciudad a aguillonadas (a pinchazos, se entiende que con una lanza para así no tocar al malato), si reincide será mandado apalear y si reincide por segunda tercera vez será mandado quemar. De la misma manera tienen prohibido acercarse a las fuentes y caños, especialmente aquellas que pasan cerca de la malatería y llevan agua a la ciudad. Se dice incluso entre los naturales de la zona que el río Gafo, es gafo por eso, por la cercanía de los leprosos y no conviene beber de sus aguas. Pese a lo que pueda parecer no están muy desatendidos los leprosos, las gentes de bien hacen abundantes donaciones a las malaterías y el regimiento de la ciudad, que se hace cargo de la malateria en el s.XIV (hasta entonces dependía de la iglesia-catedral) se encarga de mantener a una criada para que cuide de los leprosos, les traiga vituallas y agua y pida limosna por ellos en el interior de los muros de Oviedo. La ciudad nombraba asimismo cada año a un regidor para asegurarse del buen gobierno de la malatería, en el siglo XVI, tenía este regidor que visitar dos veces por año la malatería acompañado por un médico para dar de alta a los posibles curados.
Ciclopea visión del castillo de Tudela |
Ese río Gafo del que hemos hablado, nace en las cercanías de la Manjoya, monte que dicen que se llama así por la alegría que da a los peregrinos el divisar la ciudad y la basílica de San Salvador después de lo que habitualmente es un penoso viaje desde León. Es el monte pues de la alegría Mont Ioia o Mon joie, que yo no hablo la lengua de los francos. Se llega a él poco después de pagar el portazgo establecido en Olloniego muy cerca del puente que cruza el Nalón. Portazgo este que se llevan diversas iglesias y monasterios de Oviedo y que parece dar pingües beneficios, pues muchos ricoshombres quisieran echarle mano. Está fuertemente custodiado por el castillo de Tudela, construido por Alfonso III el Magno sobre un castillo más anterior incluso. Debería este castillo proteger a la ciudad por el sur, por eso su nombre, por la tutela que ejerce sobré Oviedo, pero es habitual que caiga en malas manos y que sus ocupantes amenacen a la ciudad desde sus muros y roben y saqueen a los comerciantes que por el camino de Castilla transitan. Se acabarán estas cosas en 1383 cuando Juan I lo mande destruir.
Hay otro castillo que se encuentra siguiendo el curso del río Gafo hasta llegar al punto en el que este desemboca en el Nalón. Es el castillo de Priorio, propiedad también de la mitra ovetense, que en algunas ocasiones se lo ha cedido a malos ricoshombres, como es el caso de Gonzalo Pelaez de Coalla y que a punto estuvo de ser destruido en 1306 por orden del rey don Fernando el IV. No se llevó a termino la destrucción y en la centuria siguiente se convirtió el castillo en palacio de recreo de los obispos de Oviedo. Algunos dicen que el castillo lleva construido desde antes de los romanos y esto puede ser cierto, porque en las cercanías hay una cueva que se llama de la Lluera, muy a la vera del Nalón que tiene extrañas pinturas en las paredes, como de bestias grandes y cornudas, pero no muchos saben de esta cueva. Si se conoce, sin embargo, la cercanía unas fuentes manantiales que dicen que curan la esterilidad de las mujeres. Pero eso ya lo contaron otros en otro sitio. En mi opinión, en lugar de tanta fuente y rito pagano mejor se va a rezar a la cercana iglesia de San Juan de Priorio, donde un hermoso tímpano nos muestra al Pantocrator en toda su gloría, rodeado de los evangelistas y de dos ángeles. No encontrarán nada como esto en toda Asturias.
Muy cerca se encuentra el palacio de la Piñera, con su torre levantada en el s.XIV, supongo que para hacer competencia al castillo.
A parte de castillos y malaterías se encuentran en este alfoz de Oviedo abundante iglesias para consuelo de los feligreses, destacandose aquellas que construyeron los reyes de la ciudad, como son: Santa María de Bendones, San Pedro de Nora (cerca de está hay un lugar llamado la Barquera por la que se podrá atravesar el río, en barca, claro), San Julían de los Prados y San Miguel de Lillo (no hablo de Santa María del Naranco, que es palacio en realidad). Otra iglesia interesante es la de Santa Marina de Piedramuelle, muy cerca de donde han sacado las piedras para la reforma de la torre de la iglesia-catedral.
Antes de despedirme quiero advertir a los que me lean de los lugares peligrosos que abundan en el alfoz, no solo hay casi dieciséis castiellos de tiempos de los paganos diseminados por todo el territorio, sino que hay abundantes cuevas que ocultan peligrosos misterios, he hablado ya de la Lluera en Priorio, pero es que en Olloniego hay otra que llaman de las Xanas, es evidente porque, en el lugar de Fitoria, muy cerca de la iglesia de San Julian hay un castiello antiguo de los paganos, que llaman de Cogolla, y muy cerca, pero no se donde porque nunca la he visto, una cueva con el mismo nombre donde habita otra Xana. Esas criaturas están por todas partes. Y siguiendo con las cuevas, cerca de la Puerta Nueva de Oviedo está la cueva del culebrón, en la que habita una gran sierpe, ojalá construyeran alguna iglesia en las cercanías para que los hombres santos pudieran dar buena cuenta de la bestia.
Y esto es todo por ahora. Hay muchos más lugares interesantes en el alfoz, pero son muchos y no puede hablarse de todos en el mismo sitio, descubranlos aquellos que quieran, que no es bueno desvelar de una vez todos los secretos.
Ideas de aventuras:
- Un agote llega a la malatería de San Lazaro...
- Un enemigo de los Pj's consigue encerrar a uno de ellos en una de las malaterías, para así poder hacerse con sus bienes y casarse con su hermana, el Pj deberá entrar en la ciudad para evitarlo, pero se expone a un severo castigo por parte de las autoridades.
- Mari Cuchilla se quedo a vivir en su cueva el resto de su vida, pero no se dedico a limpiar la sangre de su hermano muerto. En la cueva hay un pequeño manantial del que brota no solamente agua, sino unas pocas gotas de la sangre del gigante Noraco. Beber esa agua ha hecho que Mari Cuchilla se sienta más y más fuerte. Y más loca por cierto...
Post scriptum: esta entrada se me ha quedado larga y corta. Larga porque solo pretendía hacer un mapa de lo que ahora llamamos el Oviedo rural, más que nada señalando los caminos de peregrinación que salen y entran de la ciudad, así como los puentes por los que se cruzan el Nora y el Nalón y que están documentados en la edad medía. Quería incluir también algunas leyendas, sobre todo las referentes a los dos castillos de Oviedo, Tudela y Priorio, pero finalmente no lo he hecho y las reservo para otra entrada posterior en la que intentaré dar más datos sobre estas fortalezas. Se me ocurrió después añadir los emplazamientos de las cuevas y castros que hay en el concejo (a los cuales he denominado castiellos, que es como se llaman de manera tradicional) y ahí es cuando se me quedó corta la entrada porque hay mucho material que incluir y larga porque es mucho más de lo que yo tenía pensado. Hay dieciséis castros censados en los alrededores de Oviedo, sobre algunos de ellos, casos de Priorio y Tudela, hay construcciones posteriores, en otros casos poco más he podido encontrar a parte de que están ahí. No los he puesto todos porque no quería sobrecargar el mapa, además muchos de ellos son de reciente descubrimiento y puede que fueran desconocidos en la edad media. Los que he marcado en el mapa está solo a titulo de ejemplo. Los incluyo porque me parece buena idea que en un momento determinado los Pj's encuentren algún resto prehistórico de interés para la aventura o algo así (estoy pensando en un hacha de silex con el que se puede poner fin a una criatura invulnerable al acero, v.g.), también pueden usarse como lugares en los que encontrar un tesoro de los mouros o como hogar de algún aparecido. No he encontrado, sin embargo, ninguna leyenda sobre fantasmas que se pasean entre las ruinas de los astures. No deja de ser mala idea a mi entender.
Otro tanto me ha sucedido con las cuevas. Me parecían buena idea como posibles escenarios de aventuras, pero hay demasiadas y no todas las podía situar con precisión en el mapa, de hecho, la cueva de las Xanas de Olloniego y la de la Cogolla las he puesto un poco a mi albur, lo más cerca posible de donde posiblemente estén, pero que nadie use el mapa para ir a buscarlas que con mis indicaciones no las va a encontrar. Estoy abierto a correcciones, por cierto.
Post scriptum II: he querido señalar en el mapa los lugares que son comentados en Asturies Medievalia en su apartado de Xeografía Máxica, entre estos se incluye la cueva de la Cogolla que acabo de nombrar, Picullanza (castellanizado en el suplemento como Pico de Lanza) y la cueva del Culebrón, que no la he nombrado bajo el monasterio de Santo Domingo porque este monasterio no lo fundan los jesuitas hasta el s.XVI, pero me parece interesante que la cueva ya este ahí, con culebra y todo. La otra cueva que nombran en Asturies Medievalia, la de Mari Cuchilla, nadie sabe donde está, así que a lo mejor se la encuentra un campista despistado. Por cierto que la leyenda de Mari Cuchilla parece ser del s.XVIII, pero como buena leyenda no veo impedimento en usarla para nuestros aviesos fines.
Post scriptum III: como no, el dibujo del castillo de Tudela es obra del genial Juan Pablo, que en esta ocasión se ha dejado llevar por el cimmerio que lleva dentro y nos ha regalado un castillo más propio de la Era Hiboria que de la Asturias Medieval, pese al colosal tamaño del castillo, si es cierto que tenía la fortaleza hasta tres niveles de murallas con sus fosos y tres potentes torres. Debido al estado de ruina de la misma es imposible saber que aspecto tendría en la época en la que se enfrentaba a los ejércitos del rey. Los mismo con el castillo de Priorio, la fortaleza actual es producto de la febril imaginación de un magnate del s.XIX y no tiene nada que ver con la original, tan solo parece que las murallas y el portón del recinto son originales. De todos modos merece la pena acercarse por Priorio a ver el castillo, el balneario y la iglesia de San Juan... y luego cruzar el rio y tomarse unas sidras en Caces, que nunca vienen mal.
Te he enlazado en los blogs que sigo habitualmente desde Akelarredvanced.
ResponderEliminarUn saludo desde Girona
Albert
¡Ah! ¡Pues ahora si que puedo decir que este blog es de prestigio!
ResponderEliminarAhora en serio, muchas gracias Albert.
Saludos desde Asturias sin estar en Asturias.
Y ahora enlazado a Crisolúdico y a Sombras de Urruela...
ResponderEliminarY como te dijo... Te sigo y sobre todo me entretengo.
¡Madre mía! Pues esta entrada será recordada como la de mayor postín del blog. La verdad es que os debía un favor en agradecimiento por el Caput Castellae, el Compendio Naval y tantos otros.
ResponderEliminar¡Un saludo y mi mas profundo agradecimiento a ambos!