Uno de los personajes que me llamo más
poderosamente la atención cuando comencé a documentarme sobre la historia de nuestra región en el S.XIV, es el que arriba se escribe; Gonzalo
Pelaez de Coalla.
Nacido en Villanueva de Grao a finales
del XIII, miembro de la baja nobleza guerrera y levantisca que
abundaba en Asturias, hereda muy joven el castillo y las tierras de
Coalla, no tardando en fortificarlas más convenientemente. Desde muy
pronto intenta apoderarse de la puebla de Grao de manera violenta, si
bien en un principio sus cabalgadas no eran demasiado violentas.
Estamos en la década de los 80 del s.XIII.
En 1295, aprovechando que acababa de
subir al trono con solo diez años el rey Fernando IV, solicita a
susodicho rey la concesión de la villa. Pero los de Grao no estaban
por la labor de dejarse gobernar por quién ya apuntaba maneras y
enviaron a su vez una representación al rey para pedir lo contrario,
es decir que la pobla de Grao siguiera bajo realengo, tal y como
decía su carta puebla (o sea, el documento fundacional de la villa
de Grao). Fernando IV juzgo adecuado apoyar a los villanos y Grao
mantuvo su estatus de villa de realengo. A don Gonzalo eso no le
gusto nada.
A partir de entonces comienza a
apoderarse por medios violentos de todas las tierras que rodean Grao,
aislando cada vez más a la puebla, llegando al punto de robar,
torturar y asesinar a los vecinos de ella que salían de la
protección de sus murallas. En dos ocasiones don Gonzalo se siente
lo bastante fuerte como para asaltar la misma villa, pero parece ser
que las murallas y la voluntad de los vecinos, que lucharon a brazo
partido lo impidieron. Pese a ello la situación de la puebla
comenzaba a hacerse insostenible y en 1301 deciden acudir al rey en
su auxilio.
Pero el rey es apenas un adolescente
y no puede socorrer a sus vasallos. Los de Grao piden ayuda a la
ciudad de Oviedo, pero ésta ya tenía sus propios problemas con el
Obispo de San Salvador y tampoco puede ayudarles. Los de Grao están
solos. Don Gonzalo lo sabe y aumenta sus correrías, poco a poco las
fuerzas de la villa se van agotando, mientras las suyas aumentan cada
vez. Pese a todo no se atreve a dar el asalto definitivo a la bien
defendida villa. Esta situación se alarga por siete años.
Por fin, el 1 de Marzo de 1308, don
Gonzalo lanza un ataque por sorpresa contra la villa que coge
desprevenidos a sus habitantes. Grao es quemada y saqueada a
conciencia, sus hombres muertos y sus mujeres violadas y los niños...
bueno. Solo unos pocos sobreviven, parece ser que logran hacerse
fuertes en algún bastión que tuviera la villa. Don Gonzalo se
retira antes de que alguien pueda enviar refuerzos (una cosa es
saquear una aldea y otra muy distinta una villa de realengo sometida
directamente al rey) y se refugia en su castillo de Coalla con el
botín.
Pero no era hora de descansar para don
Gonzalo, el mismo mes se pone de nuevo en marcha para atacar otro
objetivo de propiedad real: el castillo de Aguilar. Fortaleza que
toma por sorpresa. A partir de entonces es declarado proscrito y se
ordena que sea arrasado dicho castillo (que, por cierto, parece estar
en Quirós, pero no he encontrado mucha información sobre él).
Y es que don Gonzalo a traspasado el
limite de simple bandido a rebelde en toda regla y eso no se puede
permitir. Un nutrido grupo de hombres de armas de Oviedo y otros
concejos se unen a los supervivientes de la quema de Grao y se
disponen a sitiar la fortaleza en la que se oculta el rebelde. Pero
un sorprendente aliado acude en ayuda del caballero-ladrón. El
Obispo de Oviedo.
Como he comentado más arriba cuando
Grao acude a Oviedo en busca de ayuda, la ciudad no puede prestársela
al estar enredada en su propia lucha con el cabildo catedralicio. Y
como el enemigo de mi enemigo es mi amigo, pues que mejor que otorgar
al hombre que había estado saqueando el centro de Asturias durante
los últimos trece años los castillos de Priorio y Tudela, este
último la fortaleza más potente de Asturias, que pertenecían al
cabildo catedralicio. Con la iglesia hemos topado.
La situación se vuelve difícil para
los hombres libres de Oviedo. Los comerciantes de la ciudad dependen
en gran medida de mantener abierta la ruta que les une con Leon y la
meseta y el castillo de Tudela, que en origen defendía esa ruta,
ahora la amenaza. El de Coalla no tarda en comenzar los robos y
saqueos por los alrededores. Asalta a los mercaderes que se acercan a
al ciudad y a los que intentan salir de ella. De nuevo la situación
se hace insostenible y nadie puede ayudar a los de Oviedo. Y la cosa
entonces se vuelve interesante.
Y es que Gonzalo Pelaez de Coalla no
era el único infanzon diestro en armas que se podía encontrar en
Asturias. El concejo de Oviedo contrata a Suer del Dado, allerano
para más señas, que ya tenía experiencia en las artes de la guerra
y contaba con un buen numero de seguidores, alleranos también, y que
se dispone, por el módico precio de 300 maravedies al mes, a
asegurar la libre circulación de caravanas entre Mieres y Premaña,
bien cerquita de Oviedo y bajo las narices del castillo de Priorio,
que también controla el de Coalla. Al tal Suer no le asustaban las
cosas difíciles...
El hombre lo hace tan bien que los de
Oviedo ganan confianza y se organiza una alianza con Grao y otros
concejos para enfrentarse al de Coalla y su aliado Catedralicio.
Comienza en el centro de Asturias una guerra generalizada. Estamos en
1309.
Y pasan seis años, nada menos, en
esta situación hasta que reinando ya Alfonso XI en 1315 (que a la
sazón tiene 4 añitos) los consejeros del rey ordenan al cabildo
catedralicio que cese en su ayuda al infame don Gonzalo. Al mismo
tiempo un ejercito al mando de Rodrigo Álvarez de las Asturias
(atención a este nombre que también se merece una entrada en el
blog) se dirige al viejo reino para poner fin a las hostilidades por
las bravas. El Obispo de Oviedo, consciente de lo que se le viene
encima, se aviene a romper su alianza con el caballero-ladrón.
Don Rodrigo llega a Asturias con su
ejercito, las milicias concejiles se unen a él y se pone sitio al
castillo de Tudela, para lo cual se traen desde Oviedo diversos
ingenios de asedio. El castillo, fortaleza casi inexpugnable se
resiste hasta la primavera de 1316 momento en el que es tomado por
asalto. Don Gonzalo logra escapar, pero su estrella ya se ha apagado.
Hay un nuevo hombre fuerte en Asturias: Don Rodrigo Álvarez.
Y aquí se acaba la historia de don
Gonzalo Pelaez de Coalla, quién ¡cuidado! No muere durante el
asalto al castillo. De alguna manera se las ingenia para escapar y
refugiarse en Navarra donde acabará sus días olvidado y
empobrecido. Amargo final para quién llegó a desafiar a un rey. Su
castillo de Coalla es arrasado por los vengativos hombres de Grao,
sus tierras devastadas, sus vasallos asesinados, sus bienes
confiscados. Nada queda que pueda rememorar su nombre.
Y esta es la historia de Don Gonzalo
Pelaez de Coalla, caballero-ladrón. ¿Se merecía o no una entrada?
Yo creo que si, tanto como se la merecen Suer del Dado y Rodrigo
Álvarez, por no hablar de los hombres libres de Grao y Oviedo que se
mantuvieron firmes frente a los abusos de los poderosos, y por
supuesto también tenemos a esos obispos dispuestos a pactar con el
diablo para conseguir sus fines. La historia es un baúl sin fondo en
el que merece la pena caerse.
Ideas de aventuras:
- Honestamente, creo que la vida de este Don Gonzalo bien puede servir para construir una campaña entera. ¡Demonos cuenta que sus correrías abarcan desde 1295 hasta 1316! Los Pj's podrían estar en uno u otro bando o incluso cambiar de lado a medida que se desarrollan los acontecimientos. Una campaña de este estilo sería todo un reto para aquel que la escriba y la dirija.
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