martes, 26 de noviembre de 2013

El legado de Adelgaster. El monasterio de Obona.

No fue desde luego el monasterio más importante de Asturias, no el más famoso, ni el más bello. Tampoco fue el más grande, ni el que más monjes tuvo. Pero posiblemente el monasterio de Obona sea el más misterioso que existió en la región. 
El monasterio de Obona en el Occidente de Asturias
Para la leyenda me remito a otros mapas de este blog
 Se dice que su fundador fue Adelgaster príncipe de Gijón, casado con Brunilde, pretendido hijo ilegítimo del rey don Silo, el que traslado la corte a Pravia, pero la autenticidad de este hecho es discutida. De ser así el monasterio se habría fundado en el 781, setenta años después de la caída del reino visigodo, y nos encontraríamos ente uno de los más antiguos de Asturias, de hecho sería contemporáneo a la que se considera la iglesia más antigua de la región fue construida también bajo el reinado de Silo; la iglesia de San Juan de Santianes de Pravia. 
 El monasterio está construido junto al arroyo de Ardeña, y parece ser que las aguas de las fuentes cercanas eran de tan buena calidad que le dieron nombre al sitio, pues uno de los primero monjes debía de ser de origen franco y bautizó al lugar como Eau Bonne. Está a dos días de Oviedo, en las tierras de Tineo, enclavado en el camino de Santiago y es de paso obligado pues el rey Alfonso IX de León, que tanto tiempo pasaba en Asturias así lo hizo saber:
 "...amenazo a todo aquel que osara desviar a los peregrinos a Santiago de su pola de Tineo y Obona..."
Un camino que no por transitado es fácil de hacer, no hay camino para carretas y los abastos deben transportarse en caballerizas, aunque esto es común a prácticamente todos los caminos de la región. 
 Pero volvamos al monasterio. Parece ser que en principio fue dúplice, teniendo cabida en el monjes y monjas, y era regido por un abad y una abadesa, pero con la fundación del monasterio de Corias, que recibe un tercio de los derechos sobre Obona pasa a convertirse en monasterio exclusivamente masculino, hablamos de mediados del s.XI. 
 Entre los siglos X y XII recibió el monasterio numerosas donaciones de gente muy principal. Siendo los que mayor ascendiente tenían la familia de los Tructinos, que poseía dos tercios del monasterio, siendo el tercio restante, como ya se ha dicho, de los monjes de Corias (en lo que entonces se llamaba Cangas de la Sierra y hoy Cangas del Narcea). Cuando los monjes se acogen a la regla benedictina en el s.XII el monasterio se gana su independencia. La sobriedad de la iglesia, construida en el s.XIII es un fiel reflejo de los ideales estrictos benedictinos. 
 Pero esta sobriedad tan propia de los benedictinos no les impedía exprimir a los campesinos a la hora de recaudar tributos, los monjes eran tenidos por especialmente despiadados a la hora de recaudar impuestos y muy voraces cuando se trataba de reclamar más tierras. En una ocasión llegaron a jurar sobre sagrado que las tierras que pisaban eran del monasterio de Obona, como era inconcebible para la época que unos monjes juraran de manera tan terrible en vano, los vecinos cedieron a pretensiones, quitándose entonces las madreñas los monjes y dejando caer la tierra que habían metido dentro de ellas recogida del monasterio. En todo momento pisaban tierra de Obona, en efecto. 
El monasterio de Obona con su laberinto subterraneo.
Obra del genial Juan Pablo.
 Los monjes se ganaron el favor real, como ya hemos visto respecto a la obligatoriedad de paso. Y gracias a ello consolidan su dominio sobre el coto de Obona, cediéndoles el rey su dominio. Los monjes, en concreto el abad, recogen todos los derechos y obligaciones vinculados a la jurisdicción real, puesto que los funcionarios del rey ya no podrán entrar en las tierras del monasterio. Incluso los jueces del coto eran nombrados por el abad.
 Puede ser por este poder tan considerable que el recuerdo de los monjes en tierras de Tineo no es particularmente bueno. Los monjes recaudaban impuesto y ejecutaban las penas asociadas a los delitos que se cometían, parece ser que con bastante dureza. Como no podía ser de otra manera mantuvieron sus pleitos con la cercana Pola de Tineo, que también gozaba de favor real. Y es que los intereses ganaderos de Obona chocaban con los intereses mercantiles y artesanos de Tineo. Una situación que se repetirá en Asturias a medida que las polas empiezan a sustituir a los monasterios como puntos de administración del territorio.
 En nuestros siglos bajomedievales se ve inmerso el monasterio en las luchas banderizas que asolan la región y el reino. Para proteger al monasterio se implanta el abad comendatario, un noble laico con rango de abad cuya función era defender por las armas al monasterio.
 Y es que la violencia era mucha y cercana. A mediados del s.XV un miembro de la familia de los Miranda, cuyo poder comenzaba a despuntar en Asturias, se refugió con su esposa Sancha en el monasterio tras haber "ejercido la violencia" sobre Alvaro Cuervo. Arias Gonzalez, que así se llamaba el de Miranda, se vio asediado en el monasterio por los Cuervo y sus clientes, que terminaron asaltando el cenobio tras sangrienta lucha.
 Dicen las malas lenguas que los monjes parecían ejercer una suerte de derecho de pernada sobre las recién casadas, que debían permanecer una semana justo después de la ceremonia entre sus muros, tiempo durante el cual pasaban por las manos de todos los monjes y si quedaban entonces en cinta se consideraba al recién nacido hijo del monasterio, siendo en el futuro bienvenido a engrosar las filas de los benedictinos.
 La leyenda más misteriosa del monasterio de Obona es la que nos habla de un enorme laberinto que se extiende en su subsuelo. Dicen los campesinos de los alrededores que es tan grande como el mundo y que alberga mil y un maravillas. Y dicen también que en se metió para no volver un tal don Per de Omaña, que tenía todas las riquezas que se podían desear. No estaba sin embargo contento con esto, y cuando los demás le preguntaban que le pasaba él explicaba que dentro de sí mismo tenía a Zamplarrampla, pero no sabía explicar quién o que era esa cosa. Cuando en uno de sus viajes se avecinó por fin al monasterio, unos misteriosos monjes le indicaron la presencia del laberinto, explicándole que todo lo que el deseara se encontraba dentro. Fama, oro, gloría, mujeres, la inmortalidad. Todo ello le esperaba a Per de Omaña en el laberinto. Pero había algo más.
En el laberinto habitaba Zamplarrampla.
Don Per sucumbe a Zamplarrampla
según Nestor Gonzalez
Y Zamplarrampla iba a acabar con él. Tal vez al entrar, tal vez mañana, tal vez en cien años. Zamplarrampla podría esperar, pero tarde o temprano acabaría con don Per si este decidía entrar. 
 Don Per venció sus miedo y entró en el laberinto. Y se dice que en las quietud de la noche se pueden oir sus gritos de angustia mientras espera que Zamplarrampla de con él para matarle. 
 Laberintos y túneles aparte tiene el laberinto una torre que dicen los que han entrado posee una gran biblioteca, con tomos muy curiosos y misteriosos, incluyendo un documento muy valioso. Pero viendo la fama que han cogido los monjes en los alrededores, uno se pregunta que será en realidad lo que ponen esos libros. 
 Otros dicen que la biblioteca no está en la torre, sino en el laberinto, y otros más dicen que no es biblioteca sino bolera con bolos de oro (aquí hago un inciso, los bolos son un deporte tradicional asturiano, que nadie se imagine a El Nota jugando a los bolos con los monjes negros). A este laberinto se entra por una arcada que da lugar a un túnel en la parte sur del claustro. Pero los más descreídos dicen que por ahí se entraba a las caballerizas y que todo eso del laberinto y el túnel son pamplinas. Pues siendo el monasterio tan pequeño ¿como iba a albergar un laberinto tan enorme?
 Si que guarda tesoros de gran valor para los cristianos, como son la piedra del "Ara Santa" de marmol y plata, con grabados parecidos a los del Arca Santa de la Catedral, ya saben, la que se abrió en presencia del mio Cid de Vivar, y el Santo Cristo de Obona. 
 Por si todo esto fuera poco, no faltan en los alrededores del monasterio otras criaturas que aún a riesgo de desobedecer al rey, hagan poco recomendable su visita. Una gran curuxa blanca ronda por los alrededores, sin duda una Guaxa ansiosa de sorber la sangre a los más incautos. Una xana ha sido vista varias veces en el cercano arroyo. Y diversos espíritus fantasmagóricos parecen rondar alrededor del monasterio. Nunca entran, eso si, en terreno sagrado. 

IDEAS DE AVENTURAS:
  • En la noche de San Juan, cuando el diablo y los espíritus son más fuertes que de costumbre, los PJ's se ven encerrados en el monasterio de Obona, mientras las criaturas de la noche les asedian. El ambiente en el monasterio se tensa cada vez más ha medida que algunos monjes comienzan a enloquecer presas de la desesperación. ¿Cederán a las voces susurrantes que les piden abrir las puertas a cambio del descanso eterno?
  • Los Pj's son contratados por una pequeña aldea de los valles de Tineo para que les defiendan de los intentos, cada vez más agresivos, de los monjes de quedarse con sus tierras. Los monjes han reclutado a grupo de bandidos para tal cuestión. Los aldeanos solo cuenta con los PJ's y a cambio de su ayuda solo son capaces de ofrecerles una miseria. ¿No serán por casualidad siete Pj's, verdad?
  • Los PJ's forman parte del séquito de un poderoso noble. Han parado para dormir en el monasterio. Con tan mala fortuna que el hijo del señor, de tan solo cuatro tiernos añitos parece haberse perdido. Los últimos que lo han visto dicen que se introdujo en un túnel situado en la parte sur del claustro, lo que según los monjes conduce a un inmenso laberinto. En efecto, son los PJ's los que tienen que entrar para rescatar al zagal. 
Bibliografía: "50 lugares mágicos de Asturias" de David Madrazo, "Guía práctica de monumentos asturianos" de Covadonga Burgos, "Historia Universal de Paniceiros" de Xuan Bello y "Hombres y tierras de Tineo" de Jose Girón.
Post scriptum: de nuevo me encuentro con un lugar que me pide que le haga un articulo. Después de tantos meses sin poder ponerme a investigar como es debido, no tenía muy claro por donde empezar para poner de nuevo en marcha el blog, más allá de los artículos de opinión. No me duró mucho la duda, en cuanto mis ojos se posaron en el nombre de Obona ya sabía a que dedicar la siguiente entrada. No solo me parecía interesante sino que añadía un articulo más a la etiqueta monasterios que tan buen recuerdo tienen en mi (fue la primera que compartió Nosolorol en facebook y la que marca un antes y un después en el número de visitas al blog).
El aura de misterio que rodea a Obona es más que evidente, en primer lugar ser parece que (contradiciendo el título que le he puesto a la entrada) no hay pruebas veraces de que el Principe Adelgaster de Xixón fuera efectivamente el fundador del cenobio. De hecho la misma existencia del supuesto hijo del rey Silo es dudosa. Según la Crónica Albeldense Silo no tuvo hijos de Adosinda, hermana del rey Alfonso I. Sin embargo este hecho no impide que Adelgaster fuera hijo de un matrimonio anterior de Silo, o que Adelgaster fuera un hijo bastardo del rey. Pese a la poca probabilidad del hecho me pareció lo suficientemente atrayente como para darlo por cierto en nuestro mundo de Aquelarre. Ya sabéis, las leyendas son más interesantes que la realidad y acaban por volverse ciertas.
La historia de las apariciones de la Guaxa, la Xana y demás espíritus en los alrededores del monasterio las he sacado del libro "50 lugares mágicos de Asturias" que es interesante pero se decanta bastante por el ocultismo tipo "Cuarto Milenio", de hecho no he encontrado confirmación de la historia en otro sitio que no sea ese libro.
La parte del laberinto es posiblemente la más atrayente de toda la leyenda del monasterio. Está magistralmente narrada por Xuan Bello en "Historia universal de Paniceiros" y a el libro me remito sin decir nada más.
En esta ocasión he tenido la suerte de contar de nuevo con Juan Pablo para la ilustración del monasterio (que soso sería el blog sin Juanpi) y con la nueva incorporación al blog de Nestor González con cuyas ilustraciones ganaremos todos un poco más de postín.
Un saludo a todos.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Carrusel Bloguero de Juegos de Rol. ¿Y me he gastado mi dinero en esto?

Hola de nuevo.
 Me uno en este Moviembre al Carrusel Bloguero planteado por Las Cosas de Crom, con el título que podéis ver en la cabecera de la entrada. 

 Y mi elegido es sin duda 7º Mar, un juego de capa y espada ambientado en un mundo de fantasía de corte diecisietesco, en el que los que se exploran los seis mares en busca del séptimo, vamos que el 7º Mar que da nombre al juego no aparece por ningún lado, es un misterio al que se le dedicaban unos pocos párrafos en  el manual básico, así que cuando tus jugadores te preguntaban que era ese 7º Mar pues había que decir "No lo se, pero es muy misterioso". 
Y no era lo único misterioso del juego. Por lo visto la moda de la época era vagar sin rumbo por un ancho mar lleno de islitas que no salían en los mapas (que no, que en el mapa del juego no salían) buscando artefactos de una civilización desaparecida que tampoco se molestaban en explicarte. 
Pero no solo eso, hay muchos más motivos por los que este juego me parecía (y me sigue pareciendo) un horror.
Castilla, que es el original nombre que se da a España en el juego está dividida en "Ranchos", tradicional método de organizar el territorio hispánico desde el punto de vista de George W. Bush, supongo. A mi en concreto me hace pensar en el "Rancho Silver de Playmobil", con un click bigotón con sombrero alto. Capa y espada total, vamos. No tiene magia Castilla, tiene a la Inquisición (como no) y tiene a ese gracioso personaje que creo que es una imitación del Zorro. Ah, y el rey es como Leonardo Dicaprio en "La mascara de hierro".
La historia de Montaigne y su hegemonía era cutre y sin sentido. Resulta que con el país invadido por Castilla una panda de desharrapados castellanos se acercan al Versalles del juego (no recuerdo como se llamaba) y lo asalta. Siendo derrotados heroicamente por el Napoleón del juego en cuestión (tampoco me acuerdo del nombre) que por lo visto es el único en todo el mundo este que se da cuenta que no hace falta disparar todos a la vez, que se puede hacer por turnos y que así se crea una barrera de fuego constante. Con esta refinada táctica masacran a los desarrapados castellanos y, de buenas a primeras, recuperan el país y conquistan un tercio de Castilla (para jugar tipo Curro Jimenez). Y luego se ponen a invadir Ussura, que no es el país de los prestamistas, sino Russia (en realidad es un truki del rey de Montaigne para cargarse al general victorioso y de paso a todo un ejercito ¡de los suyos!). 
 En la Escandinavia del juego conviven mercaderes refinados y finolis con vikingos brutotes que quieren volver a las buenas y sanas costumbres de sus ancestros. O lo que es lo mismo, los vikingos mola mucho y los meto aquí con calzador.
Había también una suerte de piratas del Caribe, pero que como no había Caribe, pues se quedaban por allí cerca. Podrían ser piratas de la Berberia, pero no, tampoco había berberia. (Si que había moros, claro, el Imperio de la Luna Creciente, pero no te los explicaba demasiado
En fin, una serie de despropósitos, uno detrás de otro, resultado de meter en una batidora todas las ideas que los autores consideraban interesantes del periodo histórico que vas desde el s.XVII hasta el XIX europeo, y sin esforzarse demasiado en conectarlas o darles coherencia con la tonta idea de que si mola por separado todo junto tiene que petarla. 
 Pues no. Todo junto es un monstruo sin sentido, absurdo y poco creíble. 
Lo peor de todo es que no solo me compré el básico y la guía del DJ, sino también dos o tres suplementos que profundizaron en un mundo que me gustaba menos cuanto más leía sobre él. ¿Por que lo hice? Ni idea, era joven supongo, fue hace más de diez años, eran otros tiempos, vientos de rol distintos, no salía al mercado nada que me interesara en realidad y había que explorar otras cosas. Cuando hace un par de años me di de cara con todos los libros que había comprado de este juego el título del Carrusel de Noviembre me retumbó en la cabeza ¿Por que coño me compré esto? 
Pues no lo se, de verdad que no lo se. Pero es que encima me gaste una pasta...

jueves, 17 de octubre de 2013

El Rey Arturo Pendragon.

Se acerca el invierno y al contrario que a los vástagos de Poniente, a nosotros los roleros nos trae buenas noticias. Me refiero, como no, al anuncio de Nosolorol de publicar en castellano Pendragon 5.1. Para los que sigáis el blog no será Pendragon un desconocido puesto que lo he nombrado varias veces en los artículos de rol y opinión.
La dama del lago entrega Excalibur a Arturo,
pese a lo que digan algunos,
esto legitima de sobra para convertirse en rey de Britania-
Y es que Pendragon es uno de mis juegos de cabecera, incluso por delante de otros juegos en los que, por diversas circunstancias, llegue a invertir más tiempo y dinero. Esto último es bastante fácil de explicar porque, en realidad, en la tercera edición del juego solo había publicados cuatro tomos, tres expansiones, más el libro básico. Las modas van y vienen, la novedad siempre te atrae, pero al final siempre queda lo bueno, y ahí está Pendragon.  
 Y es que Pendragon es un juego diferente a los demás, no solo por el sistema de juego que utiliza, una revisión del BRP reducido a tiradas con D20, no solo por el peculiar sistema de Pasiones y Rasgos de Personalidad enfrentados (algunos quieren ver aquí el germen de los juegos interpretativos), sino por la manera en la que los Pj’s están enclavados en el mundo que les rodea.
Y es que los caballeros de Pendragon, y esto es otra peculiaridad  porque en Pendragon todos los PJ’s son caballeros, al menos en un principio, no son simples aventureros que vagabundean al azar por el mundo buscando saquear alguna tumba de los alrededores. Los caballeros de Pendragon son miembros de la clase dominante de su época y tienen un rol bien definido en ella, son los que luchan, los que defienden a la sociedad de las amenazas externas e internas, tienen unas responsabilidades y unos derechos y la sociedad espera de ellos unas determinadas actitudes (tanto es así que si los PJ’s se vuelven malvados pasan a control del DJ y se convierten en PJ’s). Esto no quiere decir que los Pj’s tengan que ser siempre unos santos varones, guiados en todos sus actos por la rectitud y unos firmes principios morales, la gracia del juego reside en que, al igual que los caballeros de la leyenda artúrica, los Pj’s son prisioneros de sus pasiones y son capaces de realizar actos de dudosa moralidad al dejarse arrastrar por ellas. (v.g. nadie duda que Lanzarote del Lago sea el mejor caballero del mundo, pero es que le está poniendo los cuernos a su mejor amigo que, además, es su rey) . Los Pj’s no pueden ser declaradamente malvados, pero el juego nos permite hilar muy fino con esa tenue línea que separa el bien del mal.
El papel de los personajes cambia con las distintas fases del juego, no de manera aleatoria y caprichosa, sino siguiendo un devenir natural de la historia y la leyenda, si bien en la época de Uther y la anarquía los Pj’s serán poco más que brutos con armadura, sus hijos, o ellos mismos ya ancianos, se verán transformados en refinados caballeros cortesanos, con floridos escudos de armas, que suspiran por el amor de una dama o que abrazan el ideal de la castidad. Junto con la idea de caballero también van evolucionando las armas y las armaduras, que se volverán más complejas y potentes a medida que avanzan los años. Y es que, aunque el juego se basa en la versión anacrónica de Arturo que se presenta en “La muerte de Arturo”, la realidad es que las distintas épocas de juego (anarquía, unificación, consolidación, apogeo y decadencia) se equiparan a los distintos siglos de la baja edad media europea, siendo la anarquía equivalente al s.XI y así sucesivamente, con lo cual los caballeros vestidos con armadura y casco cubre-nariz serán muy diferentes de los que llevan armadura de placas y yelmo completo de finales del s.XV.
 Los enemigos también se presentan en constante evolución, al principio las principales amenazas para los PJ’s serán más bien los señores y caballeros de los reinos y condados vecinos, los sajones y los invasores irlandeses y pictos, apareciendo criaturas más sobrenaturales y de leyenda a medida que la magia de Britania se extiende por la isla gracias al Golpe Doloroso que Pellinor inflige al Rey Pescador. Cambiará con ellos el tipo de aventuras, dándose una profusión de batallas al principio del juego, apareciendo las aventuras más de exploración en las épocas medias y volviendo de nuevo a las batallas desesperadas a medida que el reino comienza a entrar en decadencia. Evidentemente estoy simplificando las cosas porque hay todo tipo de aventuras en todas las épocas.
Otra de las originales facetas del juego es el tiempo que transcurre entre aventura y aventura, lo que en la mayoría de los JdR se resume en un “habéis estado por aquí últimamente” en Pendragón se llama “Fase de invierno”. Siguiendo la lógica de las estaciones, el invierno, con sus nieves, sus fríos y su oscuridad temprana, no es tiempo para batallar ni para salir de aventuras, pero eso no quiere decir que los PJ’s permanezcan ociosos. El invierno es época para entrenar, para gobernar el feudo, para sobrevivir… los hijos de los PJ’s pueden morir a resultas de una mala tirada y su establo también puede verse mermado (en mis partidas la muerte del primogénito no parecía afectar a los jugadores, ahora bien si se les moría el caballo destrero…)
Existe también la magia en Pendragon, poderosa, mística, muy ligada a la tierra y a las estaciones. Líneas ley, equinoccios, la posición de los astros, todo  ello influye a la hora pronunciar hechizos y sortilegios. Morgana el Hada, Vivianne y Nimue, y, como no, Merlín. En la edición de JOC Internacional se podía jugar con un mago desde la publicación del escueto suplemento “Magia céltica” pero es evidente que el juego está pensado desde el punto de vista de un caballero y yo en mis campañas nunca permití un Pj mago. Me gustaba la idea de la magia como algo misterioso, poderoso y fuera de control de los jugadores.
Y es posiblemente este uno de los defectos del juego. Pese a todas las posibilidades que te ofrece a la hora de crear un caballero (con la publicación de Caballeros Aventureros existía la posibilidad de llevar una caballero romano, sajón, francés, occitano, picto, irlandés, pagano, adorador de Wotan e incluso judío) los Pj’s a la larga tienden a ser muy parecidos unos a otros, especialmente los distintos personajes de un mismo jugador (en parte el juego busca este efecto cuando te permite llevar a los hijos y nietos de tu primer PJ, incluso te sugiere la posibilidad de mantener el mismo nombre y escudo de armas). Y es que, nos pongamos como nos pongamos, un caballero celta cristiano, no es tan diferente de un caballero sajón pagano, quiero decir, si hay diferencia, pero tenderán a llevar las mejores armaduras, los mejores caballos, a convertirse en caballeros vasallos y a primero cargar a caballo y luego echar mano de la espada  (aquí el sajón igual nos saca un hacha). Evidentemente las diferencias entre un semi-elfo guardabosques y un gnomo ilusionista son mucho más pronunciadas, eso seguro. De hecho el juego está enfocado a seguir un cierto cursus honorum  con los PJ’s y eso tiende hacía la homogeneización.
Mi visita a Stonehenge desencadena que Nosolorol
quiera publicar Pendragon 5.1

No puedo acabar este articulo sin nombrar la Gran Campaña del Pendragon, la madre de todas las aventuras. En la edición de JOC solo estaba disponible “El joven Arturo” que convertía en aventuras los años transcurridos desde la muerte de Uther Pendragon hasta el año 531, que es donde se situaba el manual básico. En la Gran Campaña del Pendragon se convierten en aventuras todos los años de la era artúrica, unos 87 he leído por ahí. Casi nada vaya. Por cierto que en “El joven Arturo” se incluía una sección denominada “El bosque salvaje” que es, ni más ni menos, que lo que a día de hoy tiene a bien llamarse un “sandbox” (anglicismo horrible donde los haya), todo un entorno de juego, con pequeños resumes y comentarios de distintos lugares, mitos y leyendas (atentos a la de la vaca que prometía leche para todos, un clásico de mis partidas). Y es que todo estaba ya inventado, en concreto en Pendragon y todo ello de la mano de Greg Stafford.
Espero que con todo lo dicho anteriormente os entren en el cuerpo las ganas de jugar a un juego que es, así lo digo, de los mejores juegos de rol que han existido. Os apunto que todo lo anterior lo he basado en la edición que en su día saco Joc Internacional y os aviso que, mucho se tienen que torcer las cosas, pero una sección sobre Pendragon  bien podría tener cabida en este blog.

Espero que hayáis disfrutado del artículo. Nos vemos en los campos de Britania. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Leyendas y milagros de la ciudad de Oviedo

Una ciudad no es una ciudad, menos aún una ciudad de Aquelarre, sino tiene una buena cantidad de leyendas que pueblen su geografía mágica e irracional. De las que he podido reunir aquí abajo admito que prácticamente no conocía ninguna de ellas y me ha sorprendido especialmente descubrir los orígenes  tan lejanos en el tiempo de lugares tan cotidianos para mí en mi juventud como la Calle del Rosal y el Cristo de las Cadenas. 
 He intentado ser lo más exhaustivo posible con la intención de ir cerrando poco a poco el circulo sobre la ciudad de Oviedo, para así ponerme con otras partes de Asturias, que por desconocidas para mí, no hacen sino llamar mi atención poderosamente. 
 Por último reseñar que me ha llamado poderosamente la atención que una ciudad tan pequeña como Oviedo en la edad medía, apenas unos cinco mil habitantes, hubiera generado tantas leyendas a su alrededor. 

Leyenda castillo de Tudela.

Dicen en el lugar que un tal Don Ares de Tudela vivía en el castillo del mismo nombre, ya saben vuestras mercedes, ese que protege Oviedo por el sur y vigila su conexión con la meseta (incluso algunos apuntan que Tudela viene de la "tutela" que el castillo ejerce sobre la ciudad) y que fue construido en tiempos de Alfonso III, el Magno.

Pues bien, ya anciano vivía este caballero rodeado de sus siervos y su hija Irene cuando un día de tormenta se acerco al castillo un caballero moro pidiendo refugio. No queriendo faltar a su deber de la hospitalidad Don Ares acogió entre sus muros al infiel. Por supuesto Doña Irene quedo enamorada del caballero moro desde el primer momento.


Se organizó al día siguiente una cacería, aprovechando que había pasado la tormenta, y allí se fueron Don Ares y el moro, con tan mala fortuna que un gran oso pardo sorprendió al anciano dejándolo muy malherido. Lo llevaron sus sirvientes rápidamente al castillo donde poco más pudo hacer que confesarse y hacer prometer a su hija que nunca renunciaría a Cristo ni abandonaría el castillo. Muriendo poco después el anciano caballero.
No tardo la hija en confesar al moro su amor por él y, viéndose correspondida, no tardo en romper su promesa pues decidieron abandonar el castillo esa misma noche. Para evitar miradas indiscretas se dirigieron a un pasadizo que dicen conecta el castillo con la orilla del Nalón. Pero algo raro sucedió.
un extraño fuego rodeo a los amantes que apretaron paso para intentar escapar de las llamas. Horrorizados contemplaron como a la salida del túnel se erguía la fantasmagórica figura de Don Ares de Tudela.
Nunca nadie volvió a ver a los amantes con vida.
Otra versión de esta leyenda es la que se resume con la sentencia "Si la ficiste en Pajares, pagarasla en Campomanes" En este caso el invitado es un caballero navarro que, de nuevo, se enfrenta con un oso que atacaba al señor del castillo, en esta ocasión salvándolo. El caballero navarro huye del castillo con la hija del señor, de nombre Adonsinda, maltratándola y dejándola abandonada en una cueva cercana al puerto de Pajares. Años después con el navarro convertido en Sancho el Mayor, rey de Navarra, los hermanos de la desdichada Adosinda le tienden una emboscada en Pajares, aprovechando una peregrinación del monarca a San Salvador. Los navarros rechazan a los asturianos capturando y matando muy cruelmente a uno de ellos. Más adelante, mientras hacían parada en el pueblo de Campomanes un virote de ballesta salido de no se sabe dónde acabó con la vida del cruel monarca. No me extiendo más en ella porque parece ser una versión más novelada de la anterior y, por tanto, nada demasiado original. Pero aquí queda recogida a modo de curiosidad. 
Post Scriptum: El castillo de Tudela.
Posiblemente la fortaleza más grande de Asturias el castillo de Tudela fue construido sobre lo que a día de hoy se conoce como pico Castiellu, muy posiblemente sobre los restos de una construcción romana anterior (práctica está muy habitual, por cierto). Fue Alfonso III el Magno, último rey de Asturias el que ordenó su construcción con objeto de defender la ruta que permitía el paso de suministros desde la meseta hasta Oviedo por el alto del Padrún. 
La verdad es que andado el tiempo el castillo tanto protegió a la ciudad como la amenazó, dependiendo de quién se apropiara de la fortaleza. Posiblemente después de la rebelión de Gonzalo Pelaez pasó a manos del cabildo catedralicio ovetense, que no dudo en entregar el castillo a malhechores cuando se enemistaba con la ciudad de Oviedo. Finalmente Juan I en 1386 ordena la demolición de la fortaleza en el contexto de las rebeliones de su hermanastro Alfonso Enriquez.
El castillo contaba con tres poderosos torreones, tres murallas defensivas y tres fosos. Una fortaleza imponente, pero difícil de imaginar hoy día, dado el estado de ruina en que se encuentra.
Ideas de aventuras: 

  • ¡Que hermosos es el amor! Dos Pj's enamorados han tenido a bien refugiarse en las ruinas del castillo de Tudela para disfrutar de su amor. Por desgracia, el espíritu de don Ares todavía encanta el lugar y, cosas de difuntos, considera que la bella Pj es su hija y el hermoso doncel es el moro que se la arrebato...
  •  Claro que a lo mejor los Pj's no son chico y chica, si no dos varoniles catamitas, y no solo se enfrentan a la ira del espíritu de don Ares (un tanto confundido), sino que también a un montón de intolerantes campesinos de los alrededores a los que no les gustan estas prácticas tan alejadas de la vida cristiana.  

Leyenda del Cristo de las Cadenas.
Marcho el enamorado a la guerra con los moros dejando atrás a la afligida doncella. Para consolarla le pidió plantar un rosal delante de su casa, prometiendo que mientras no floreciera él seguiría con vida. 
Pasaban los años y el rosal no florecía, pero tampoco había noticias del mozo. Un día llego un hombre a Oviedo buscando a la moza, portaba unas pesadas cadenas. El hombre era compañero de batallas e infortunios de su enamorado, habían estado ambos presos en las mazmorras de la morería, quedando el enamorado demasiado enfermo como para volver a Oviedo una vez fue liberado. Su compañero de celda se encargó entonces de entregar a la enamorada las cadenas que lo habían tenido preso. Ella subió las cadenas a lo alto de una colina en la que había una ermita con un gran Cristo, que desde entonces se conoce como Cristo de las Cadenas. Al volver a su casa vio como el rosal a la puerta había florecido, sabiendo entonces que su enamorado había muerto. Todavía a día de hoy se llama a esa calle, calle del Rosal.
Post Scriptum: la calle del Rosal 
Aparece ya en documentos de 1237 e incluso Velasquita Giraldez, donante de unos terrenos en las inmediaciones de esta calle a la cofradía de Xastres o alfayates. Dicen algunos que esos terrenos estaban repletos de rosales y que ese es el auténtico origen del nombre. Baste decir que en aquellos años la calle de "calle" tendría poco. Estaba situada extramuros, relativamente lejos del núcleo amurallado.
Ideas de aventuras: 
  • Por casualidad los Pj's ven como un rustico se apresura a cambiar un rosal bastante mustio por otro más florido. Unos días después empieza a circular por la ciudad la noticia sobre el milagroso florecimiento del rosal que indica la muerte del joven doncel. Por cierto que el amigo que ha traído las cadenas ha decidido cortejar a la joven moza, ahora sin compromiso...


Leyendas del castillo de Priorio.

Parece ser que el castillo de Priorio estaba a cargo de un tal don Rodrigo, que vivía allí con su hija Irene. Tenía el señor del castillo un joven paje, de nombre Pablo, que no tardó en enamorarse de la hija de su señor. Amor que por fortuna y desgracia fue correspondido. Por fortuna porque no hay nada mejor que el amor correspondido, por desgracia porque don Rodrigo, el padre, se enteró del romance y maldita la gracia que le hizo. En un arrebato de furia echo mano de la espada y se dispuso a acabar con la vida del desdichado Pablo, el cual, armado también, se defendió con denuedo. Tanto que acabo con la vida de don Rodrigo, padre de su enamorada, que había estado allí contemplando todo el drama. 

Si Pablo se esperaba que lo peor hubiera pasado ya se llevó una profunda decepción. Doña Irene no quiso saber nada del asesino de su padre y le rechazó de plano. Pablo, loco de dolor se arrojó desde lo alto de una de las torres. 
Dicen los del lugar que en una piedra a orillas del Nalón todavía pueden verse las manchas de sangre del desdichado Pablo.
Estando el rey Bermudo en Guerra con los moros mandó llamar bajo su estandarte a don Osmundo Osorez de Tuñón, señor de Priorio, el cual acudió presto a la llamada del rey.
La campaña fue dura y cruenta, tanto que don Osmundo fue hecho prisionero y dado por muerto. Muchos años después, liberado ya, dada su condición de anciano inofensivo, decidió peregrinar a San Salvador de Oviedo y buscó cobijo, a la altura del puerto Pajares pidió hospedaje en el castillo del conde Munio, que a la sazón era hijo suyo. El conde, no reconociendo a su padre, se comportó de manera orgullosa y prepotente, siendo reprendido por el anciano. Semejante afrenta desató las iras del conde que mando ahorcar al peregrino, no habiendo reconocido en él a su padre. Ahorcado en un bosque cercano el anciano murmuro. "Muniu, fiu del alma..." siendo entonces reconocido por el verdugo que intentó rescatarlo pero ya sin éxito. Volvió el verdugo al castillo para dar la mala noticia pero solo alcanzó a ver como el castillo se derrumbaba sepultando a todos los que en su interior se encontraban.

Post scriptum; El castillo de Priorio. 
De nuevo un castillo que se construyó sobre un antiguo castro, está vez en las confluencias del rio Gafo y del Nalón. No se sabe muy bien en que año fue construido el castillo de Priorio, pero parece que Alfonso II se escondió en él huyendo de los hombres de Hixem II, allá por el 795.  
No se sabe la forma del castillo primitivo, pero si que tenía dos torres y un cubo y parece que las puertas y parte de las murallas que aún ha día de hoy se conservan pudieran ser parte de las originales. Al menos a día de hoy el río Gafo cubre, a modo de foso, toda la cara sur del castillo, quedando el oeste protegido por el más ancho cauce del Nalón. 
Fue uno de los castillos desde los que Gonzalo Pelaez de Coalla se dedicó a saquear la zona central de Asturias. 
En el siglo XV pasó a ser casa de recreo de los obispos ovetenses. 
Ideas de aventuras:

  • Hace años que escribí mi propia aventura basándome en la primera de las dos leyendas del castillo de Priorio. Si me lo permitís en lugar de dar ideas me comprometo a colgarla más adelante, cuando la revise y la ponga decente para un público exigente como es el de este blog.

La xana del Naranco
En la cueva de la Cogolla, en el monte Naranco, le vinieron a una xana terribles dolores de parto, siendo escuchada por una vecina del lugar que se encontraba en las inmediaciones. La vecina no dudo en ayudar a la xana a parir, la cual, agradecida, le permitió escoger el objeto que ella más quisiera de entre su ajuar. La muchacha al ser costurera, escogió unas tijeras de oro.
Ideas de aventuras: 

  • Y resulta que la xana ha seguido a la costurera a su casa y le ha cambiado a su hijo por el xanín recién nacido. Claro que todo puede acabar si la costurera entrega las tijeras de oro de vuelta a la xana (o le dice eso de "toma al tu peludín, dame al mi mocosín"), pero claro, las tijeras son de oro y algún vecino avaricioso se ha hecho con ellas. ¿Quién podrá recuperarlas?

Los fantasmas del puente de Godos.
Cerca del puente de Godos se dice que al atardecer de un remanso que formaban las aguas del río salían siete sombras con vaga forma de mujer que flotaban sobre las aguas, los praos y los cultivos y finalmente formaban un corro y comenzaban una danza sobrenatural. 
Ideas de aventuras: 

  • Los Pj's están haciendo un alto en el camino a o desde Oviedo cuando un mercader, pálido y aterrado, les pide ayuda. Durante la pasada noche algo salió de las aguas del Nalón y se llevó a su hija bajo las aguas. Si los Pj's investigan verán como al atardecer de ese día las formas fantasmagóricas salen del río llevando de la mano a la hija del mercader. Si los Pj's no impiden el baile en el claro el aquelarre tendrá un nuevo miembro la tarde siguiente.

Los milagros de la Catedral de San Salvador.
No solo son leyendas de amoríos y aparecidos las que se cuentan sobre la ciudad de Oviedo. También tiene la ciudad, como no podía ser de otra manera, buena cantidad de milagros que se obraron en ella misma o con intermediación de su patrono San Salvador. A continuación se encuentran todos los milagros de los que he tenido noticia.


Las reliquias del arca santa
Es bien sabido que las reliquias que se guardan en la cámara santa de Oviedo están allí desde que en 791 Alfonso II El Casto ordenó construir dicha cámara para albergarlas, habiendo estado hasta entonces en el Monsacro. Pese a ello pasaron más de doscientos años hasta que se decidió abrir el arca para contemplar las reliquias que allí se guardaban. Fue en 1035 por obra del obispo Ponce (por cierto, parece ser que estaba emparentado con Sancho el Mayor de Navarra, el de la leyenda del castillo de Tudela, de hecho cuando murió emboscado en Campomanes se dirigía a la catedral de San Salvador ¿vendría a la apertura del arca?). 
Algo debieron de hacer mal porque al abrir la cubierta del arca fue tal la luz que salió de ella que a punto estuvieron de quedarse ciegos los que allí se encontraban, no pudiendo ver ninguna traza de lo que dentro del arca había. Algunos desdichados, en efecto, no recuperaron la vista.
Hubo que esperar a 1075 para que se volviera a abrir el arca, esta vez bajo los auspicios de Alfonso VI, el 13 de marzo, para ser exactos. Estaban con el rey las infantas Urraca y Elvira, clérigos de Toledo (todavía no reconquistada), el obispo Pelayo, condes, ricos hombres, un notario y, curiosamente, un herrero. Ah, también estaba el que había sido alférez de Sancho el Fuerte de Castilla, don Rodrigo Díaz de Vivar. 
No se anduvieron cortos de prudencia en esta ocasión, conocedores del destino de sus predecesores. "Mortificaron sus cuerpos más de lo habitual, asistieron a misa y acudieron al arca entre cánticos y salmos" Empujaron suavemente y se abrió el arca, mientras lanzaban por todas partes bocanadas de incienso. Para alivio de los presentes nadie quedo ciego en esta ocasión, Dios había tenido a bien mostrar las reliquias. 
Y que reliquias: «del leño [de la cruz] del Señor, de la sangre del Señor, del pan del Señor, esto es, de su Cena, del sepulcro del Señor, de la tierra santa sobre la que estuvo el Señor, del vestido de Santa María y de la leche de la misma Virgen y Madre del Señor, del vestido del Señor dividido a suertes y de su sudario». «Y de otros muchísimos, cuyo número sólo la ciencia de Dios abarca».
Se declaró el día 13 fiesta de las reliquias que se festejó en Oviedo durante muchos siglos, al día siguiente, en celebración por tan destacado hecho, donó el rey a la catedral el concejo de Langreo. Ni que decir tiene que las reliquias de la Cámara Santa llevaron a la ciudad a un nuevo auge de la mano de las peregrinaciones, que en los siglos XII y XIII llegaron a ser considerablemente importantes.


El milagro de fray Vicente.
Durante el reinado de Juan II se dice que un pastor de las tierras de Aragón se vio sorprendido por un repentino enmudecimiento, no siendo capaz de decir palabra por mucho que lo intentará. Todos los vecinos intentaron ayudarle probando diversos remedios, hierbas y potingues sin que ninguno pareciera surtir efecto.
Decidieron entonces dirigirse a Zaragoza a encontrarse con un monje que tenía fama de muy sabio por aquellos días. El fraile, valenciano y dominico recomendó al pastor peregrinar a San Salvador de Oviedo acompañado de uno de sus vecinos y de un peregrino italiano que había estado escuchando el problema (de boca del vecino, no del mudo, claro).
Tras un duro viaje por tierras de Castilla y el aún más duro ascenso al puerto de Pajares, los tres viajeros llegaron a la catedral de San Salvador en el momento en el que se iniciaba la misa. Decidieron quedarse y justo en el momento de la consagración el mudo volvió a hablar agradeciendo al Salvador el haber recuperado la voz.
El fraile dominico sería conocido para la posteridad como San Vicente Ferrer.

La piedra de sal
Y es que el Salvador siempre protege a sus fieles. Por esos mismos años andaba un barco avilesino cargando sal en el Puerto de Santamaría con destino al alfolí de su ciudad, cuando una mujer de la villa solicitó al patrón del barco que entregara una piedra de sal a San Salvador como pago a los muchos favores que el santo le había hecho. El patrón, por supuesto, accedió.
Por desgracia andaba los tiempos revueltos en la tierra y en la mar y barco de corsarios asalto a los mercaderes de la sal en su viaje de retorno a Avilés. Depusieron sus armas los avilesinos que se sabían en inferioridad de condiciones y los corsarios, que algunos dicen que eran de la dulce Francia, comenzaron a pasar la sal de un barco al otro. Hete aquí que una piedra de sal resultó inamovible para los piratas. Por más que lo intentaban y más hombres se sumaba al esfuerzo no había manera de moverla. Espantados ante tal prodigio los piratas abandonaron el barco apresuradamente dejando a los asturianos a salvo y con una parte de la carga.
De vuelta a Aviles y tras referir  el prodigio a las autoridades, acudieron estas al puerto con gran despliegue de curas y hombres santos, acercándose con gran reverencia varios de ellos a la piedra inamovible para trasladarla a la catedral de Oviedo. Y de nuevo se obró el milagro, pues la piedra que entre seis no fueron capaces de levantar, ni siquiera un centímetro del suelo, fue alzada, ligera cual pluma por uno solo de los allí presentes, que no dudaron que estaban ante un prodigio divino y transportaron sin tardanza la piedra de sal a su legitimo dueño. San Salvador de Oviedo.

La cruz de los Ángeles.
Mucho más antiguo que los anteriores es el milagro que se obró en tiempos de Alfonso III El Magno. Se presentaron en el castillo de Gauzon dos orfebres proponiendo al rey asturiano construir una cruz para mayor gloria de Dios Creador. El monarca acepto por ser un hombre prudente y piadoso. Los orfebres solo pusieron una condición, que nadie les molestara mientras  trabajaban en la cruz.
Pasaron días, semanas, meses trabajando sin salir en una de las habitaciones del castillo. Nunca salían, ni hacían ruidos, no se sentía su presencia. Por fin la curiosidad pudo más que la paciencia y el rey ordeno entrar en la habitación. Estaba vacía excepto por una cruz de excepcional belleza recubierta de oro. Se dieron cuenta los presentes que los orfebres eran en realidad ángeles. La cruz fue traslada a la basílica de San Salvador y desde entonces se la conoce como la Cruz de los Ángeles.
El arzobispo Ataulfo

Arzobispo de Santiago fue llamado por Bermudo II a la corte de Oviedo, por razón de las malas lenguas que del obispo hablaban. El Arzobispo, ya anciano, fue requerido por el rey en el plazo de una semana, hazaña harto difícil en aquella época y con aquella edad, lo que nos da idea de que el rey no bien quería al obispo.

Sin embargo, logro el anciano tal hazaña y no solo eso, sino que llego por la puerta de Socastiello antes de lo esperado. Dirigiéndose en primer lugar a la basílica de San Salvador a rezar al señor.

Se enteró el rey Bermudo de la llegada del anciano y del hecho de que fuera primero a rezar que a presentársele y, como juicio divino o broma macabra, ordeno que trajeran un gran toro y lo situaran a la puerta de la basílica para que se encontrara con él el obispo al salir.
Cuando el anciano acabo sus rezos y salió de San Salvador se encontró cara a cara con el animal, que lejos de atacarle se le acerco dócilmente para sorpresa de propios y extraños. Le acarició la cabeza el obispo y, sin esfuerzo aparente, le arranco los cuernos. El toro espantado entonces echó a correr queriendo escapar de allí. Llevándose por delante en su huida a los cortesanos que mal habían hablado del santo obispo.
El obispo volvió al templo y colocó los cuernos sobre el altar. Posteriormente pasaron a situarlos a la puerta de la catedral para que todo el mundo recordase el prodigio que allí había tenido lugar
Ideas de aventuras: 

  •  Un noble demasiado ambicioso ha robado el arca de las reliquias con la intención de usarlas para sus propios fines. Los Pj's deberán recuperar el arca antes de que se abra y de su interior salgan un montón de espíritus divinos muy enfadados por la profanación. Por cierto que el arca lo pueden abrir en una cueva y las caras de los malvados puede que se derritan al contemplar los terribles espíritus. Y a lo mejor los malosos son de la FVL y hay cruces cretenses por todas partes adornado la cueva.
  • Una comisión catedralicia pide a los Pj's investigar la realidad que hay detrás del milagro del pastor aragoné. Los Pj's no tardan en descubrir que es todo un engaño urdido por el rustico, que pretende ganarse un poco de fama y fortuna paseando su milagrosa curación por el mundo. El problema es que el rustico no quiere ser desenmascarado y, además, al deán de la catedral no le vienen nada mal los ingresos derivados de los peregrinos que se animan a venir al calor del nuevo milagro. Así que hay unos cuantos muy interesados en que los Pj's no digan ni pío del asunto.
Post scriptum: aunque las leyendas y milagros se pueden encontrar en varios libros y webs, yo me he basado principalmente en la obra de Álvarez Peña y la del Padre Carvallo. Las leyendas del castillo de Tudela llamada "si lo ficiste en Pajares..." la he tomado del blog Asturtsalia, cuyo link podéis ver a la izquierda del blog. También he consultado "Vivir en la Asturias Medieval. VVAA" y "Mitolgía Asturiana" publicado por el Comercio de Aviles. Todo ello lecturas más que recomendadas por mi parte.

domingo, 14 de julio de 2013

Después de Dios, la casa de Quirós.

Encomenderos de la mitra ovetense, vasallos de don Rodrigo Álvarez, caballeros de la banda, portaestandartes reales, alcaides de Oviedo, señores de Valdecarzana. En resumidas cuentas: la Casa de Quirós.
Ricoshombres asturianos desde, al menos, el s.XII, está casa de lo que sería en principio la baja nobleza comienza su ascenso social desde el primer momento que se tiene noticia de ellas, hasta convertirse, ya en el s.XVI, en la más importante y prestigiosa del solar asturiano, y presenta un buen ejemplo de como una familia de ricoshombres podían escalar en la sociedad de la época moviéndose con firme cautela y arriesgándose solo en el momento decisivo, en su caso la guerra civil entre Pedro I y su hermano Enrique. 
Hasta ese momento las noticias que se tienen de los Bernaldo de Quirós son más bien escasas. Parecen tener origen en un tal Ximeno Bernaldo de Caso que en el siglo XII era señor de Caso, en la montaña oriental asturiana. No sería hasta el reinado de Fernando III el Santo que empezarian a ser conocidos por Bernaldo de Quirós, debido a que el cabeza de linaje Gonzalo Bernaldo de Quirós (habrá muchos con el mismo nombre a partir de entonces) consigue la encomiendo del concejo homónimo, perteneciente a la mitra Ovetense. 
Es de recibo señalar aquí que la leyenda, no obstante, sitúa los orígenes de los Quirós en otro ilustre Bernaldo, el del Carpio, sobrino de Alfonso II "El Casto" y vencedor de la segunda batalla de Roncesvalles, pero, claro, este personaje es semi-mítico, lo mismo que su filiación con los Quirós. Y otro mito sobre el origen de estos nos habla de un tal Constantino hijo de los reyes de Constantinopla que habiendo ganado su escudo defendiendo nada menos que al Papa de Roma (el cual le concede el derecho de portar las llaves se San Pedro en el escudo), se encontraba al servicio del rey don Ramiro de Oviedo, y viendole caer del caballo en el fragor de una batalla le grita para darle ánimos:"¡Is quirós, is quirós!" que en griego viene a ser "teneos fuerte", "aguantad" logrando llegar a la vera del monarca y entregando sus armas y su caballo, con lo cual don Ramiro se salva y, al recordar las palabras de tan buen vasallo, le apellida Quirós y da origen al lema de la casa pues el rey afirma que le debe la vida a Dios y después a la casa de Quirós.
Pero volvamos a la Historia. 
 A principios del siglo XIV, los Quirós se encuentran vinculados a los dos grandes poderes territoriales asturianos, por un lado Rodrigo Álvarez de las Asturias, que con motivo de la boda de don Gutierre Bernaldo de Quirós con María Cifuentes le entrega la villa y coto de Villoria (Laviana), dando muestras ya de la buena consideración que tenían de ellos sus señores. Por otro lado la mitra de Oviedo sigue teniéndoles como importantes encomenderos de sus tierras, ya antes de 1314 tenían en encomienda Teberga, Quirós, Riosa y otros muchos territorios de la mitra. Todavía eran una familia menor, pero ya se les debía tener en cuenta. Por estas fechas el concejo de Avilés pide ayuda a don Rodrigo para poner freno a los desmanes que otro Quirós, don Lope González de Quiros y su hijo Pedro Bernaldo, estaban cometiendo contra ellos. La baja nobleza asturiana siempre en conflicto con los concejos, no con don Rodrigo que, a parte de mediar en el conflicto, acaba nombrando a Lope Gonzalez su testamentario y alférez. La vinculación de los Quirós con el magnate es evidente.
 Y no son estos señores asturianos los únicos que valoran a los Quirós, el mismísimo rey Alfonso XI les nombrara en 1344 Caballeros de la Banda, al menos tres generaciones de la Casa de Quirós recibirán ese honor... con la responsabilidad que conlleva.
Don Gonzalo entrega a Don Pedro Suarez de Quiñones
las llaves de las fortalezas de Oviedo
 Sin embargo, pese a que nos encontramos con una familia que en siglo XIV lleva en ascenso casi doscientos años, no será hasta la guerra civil castellana que los Bernaldo de Quirós den realmente un paso de gigante. Desde el principio los Quirós se decanta por la causa del rebelde Trastamara. Era una decisión lógica, don Enrique era el heredero de casi todos los bienes de don Rodrigo Álvarez, e incluso llega a confirmar algunas donaciones que el magnate había ya hecho a los Quirós. Por otro lado, la mitra de Oviedo, también rebelde, era la legitima propietaria de gran parte de las tierras que gestionaban nuestros protagonistas. En resumen, todas sus circunstancias empujaban a los Bernaldo de Quirós, con don Gonzalo a la cabeza, a abrazar la causa rebelde. Y no se andarán con medias tintas.
 En 1353 don Gonzalo es entregado, entre otros caballeros, como rehén al rey don Pedro, para garantizar que don Enrique no haría guerra contra su hermano. No sabemos como salió de está situación pero en 1367 se encontraba en Najera alineado en primera linea de batalla junto con sus hermanos de orden y bajo el mano del Mariscal de Francia, Beltran Duguesclín. Pese a que fueron derrotados, don Gonzalo logró sobrevivir a la debacle y volver a Asturias para cuando la contienda ya había finalizado. Lo que no impidió que leales petristas siguieran en pie de guerra en nuestra región, encargando el obispo de Oviedo el gobierno de la ciudad a don Gonzalo Bernaldo, con orden de entregar las llaves del castillo a aquel que fuera proclamado rey legítimo de Castilla. Fue Pedro Suarez de Quiñones, Adelantado mayor de León y Merino mayor de Asturias, el encargado de recibir las llaves en nombre de don Enrique de Trastamara (el de Quiñones había llegado a Asturias para coger las llaves y para terminar de pacificar la región). Desde ese momento pintan los de Quirós en su escudo dos llaves. 
 Estos servicios eran muchos y muy buenos y don Enrique supo premiar a los suyos, las mercedes enriqueñas, en lo que atañe a la Casa de Quirós consistieron en el señorío de Valdecarzana y en la creación del condado de Sotillo, señorío de Lena que muy posiblemente ya poseyeran los de Quirós con anterioridad, pero ahora lo harían a título de condes. 
Escudo de los Bernaldo de Quirós
con las dos llaves de las
fortalezas de Oviedo
 No solo eso sino que en 1372 el obispo de Oviedo don Gutierre de Toledo, entrega a la familia el castillo de Alba de Quirós (en el cual había residido la reina Urraca "La asturiana" última reina privativa de Asturias), que ya había estado antiguamente en manos de los Quirós. Por algún motivo que desconocemos el rey Enrique II devuelve la custodia al obispado pero, tras diversos pleitos y protestas en 1380 vuelve el castillo a nuestros protagonistas, desde donde regirán los destinos de las comunidades rurales que les rodean. 
 Dejemos que pasen algunos años, no muchos, hasta 1385, concretamente hasta 14 de Agosto. Don Enrique II ya ha muerto, Gonzalo Bernaldo de Quirós, llamado ahora "el viejo" se ha reunido también con su creador, aunque no sin antes hacer todavía más servicios a don Enrique, pues se dice que viajó con el a Inglaterra o, al menos, que realizó una embajada a ese país en su nombre... ambos han ya muerto, como digo, han dejado paso a una nueva generación de trastamaras y bernaldos, han dejado paso a nuevas guerras. Y es que en ese día las fuerzas castellanas de Juan I se enfrentan a los portugueses, también de Juan I, pero de Portugal, en Aljubarrota en lo que será una derrota sin paliativos para los de Castilla. Miles de muertos castellanos y portugeses se agolpan en el campo de batalla. Son tantos que el curso de los riachuelos que por allí transcurren se detiene y se estancan. Entre los muertos se encuentra un Quirós. 
 Gutierre Bernaldo de Quirós, II conde de Sotillo, señor de Valdecarzana, caballero de la banda y portador del pendón real. Es evidente que los reyes Trastamara tenían en gran valía a sus vasallos asturianos pues no dudaron en concederle tal honor en momento tan decisivo de su historia. Y don Gutierre se mostró digno de él. Cuando la batalla se veía perdida y los portugueses se abalanzaron sobre el pendón del rey don Gutierre lo asió con tal fuerza que los lusos hubieron de cortarle las manos para arrebatárselo, lo agarró entonces con los dientes, y dice la leyenda que, cuando los supervivientes recorrieron el campo de batalla buscando heridos o botín o ambas cosas, se encontraron con el cadáver de don Gutierre sin manos y con un trozo de tela del pendón real en la boca. Fiel hasta el final pasó a ser conocido como don Gutierre "el de los tucos", esto es, el de los muñones, por razones obvias.

 Murieron en Aljubarrota otros dos quiroses, don Lope hermando del anterior y don García, su primo.
 Tanta muerte podría haber dado al traste con el linaje, pero no fue así. Los Bernaldo de Quirós eran una estirpe prolífica y sus muertes en combate no dejaban de ser parte de los riesgos a los que se sometían los de su condición. El linaje continuó medrando durante los años finales del s.XIV y principios del XV, estamos en la época de Alfonso Enriquez y sus revueltas, del ascenso de los Quiñones, de la creación del Principado. Durante estos años de turbulencias los Quirós lucharán de nuevo bajo las ordenes de la mitra ovetense, emparentarán con otras casas nobiliarias de la montaña asturiana y del resto de Castilla. Buscan expandir su linaje, fijar alianzas y hacerse fuertes. De los hijos de don Lope, hermano de  don Gutierre "el de los tucos" surgirá otra de las más poderosas y prestigiosas casas de la nobleza asturiana, la casa de Miranda, que tiene su origen en el hijo ilegitimo del tal don Lope (legitimado, eso si), Martín Vazquez de Quirós que se casa con Ines de Miranda y que había recibido de su padre el señorío de Valdecarzana, andado el tiempo y los siglos de este tronco nacerían los Marqueses de Valdecarzana.
Aljubarrota. Don Gutierre defiende el pendón real.
Pero estos casamientos no siempre tuvieron el efecto deseado, puede ser que por desacuerdos sobre la dote, puede ser que por rencillas varías, los Quirós se verán inmersos, a medida que avanza el siglo XV en diversas luchas banderizas. Unas veces contra sus parientes los Miranda, otras contra la casa de los Valdes "por ver quién valía más en la tierra". Según avanza el s.XV se enfrentan, sucesivamente con estos últimos, primero en un lugar llamado Parança, saliendo descalabrados los Quirós, que habrían perdido hasta ochenta hombres. Más adelante Juan Bernaldo de Quirós, hijo del de "los tucos", se enfrenta con Melén Suarez de Valdes en el puente de Colloto, dándole muerte a él y a sus hermanos y a sus hijos legítimos, se salva tan solo el hijo ilegítimo de los Valdés, que se escondió debajo del puente y consiguió escapar. Y por último una generación más hasta que Ivan Bernaldo de Quirós, ya casi bajo el reinado de los Reyes Católicos, reúne a su gente y se adentra en Pola de Siero buscando desbaratar a los Valdés, no se atreven éstos a enfrentarle y huyen de la tierra, quedándose el de Quirós con sus tierras y casas fuertes.
 Y esto es solo un ejemplo, porque con sus parientes los Miranda no se llevaban tampoco demasiado bien, posiblemente por problemas a la hora de determinar la dote de la boda que los emparentaba. Parece que sus enfrentamientos fueron de los más graves de finales del siglo XIV, tanto que Gonzalo Bernaldo de Quiros "el mozo" se encuentra en la guerra de Granada redimiendo penas por homicidio...
Y no era el primer Quirós que se bajaba a Granada a hacer la guerra. A las ordenes de Rodrigo Manrique, Juan Bernaldo de Quirós había participado en la conquista de la villa de Huescar, en Granada, en 1434. Los Quirós seguían acudiendo fielmente cuando el rey los llamaba durante el s.XV.
 Pero durante el sXV hay otro Bernaldo de Quirós que llama más la atención que los demás. Se llama también Gonzalo Bernaldo de Quirós (para variar) pero tenía la considerable desventaja de haber nacido bastardo. Y aunque esa condición intentaba ocultarse en la época, o al menos no se hablaba de ella en voz alta, ha pasado a la posteridad como Gonzalo Bernaldo de Quirós "el Bastardo" y fueron sus propios sobrinos, los del linaje "puro" los que se encargaron de que esto fuera así. Veamos porque.
 Juan Bernaldo murió a consecuencia de las heridas recibidas durante la conquista de la villa de Huescar, en algún momento entre 1434-1435. Su hijo legítimo Lope Bernaldo de Quirós se convirtió entonces en cabeza de linaje, cargo que ejerció hasta 1446 cuando murió debido a una caída de caballo. Como en ese momento su heredero era menor de edad la tutoría recayó en su tío, pero no en ninguno de sus tíos legítimos, no, el tutor sería Gonzalo Bernaldo de Quirós "el bastardo" el que ejerciera el cargo. Un hecho que no deja de ser curioso, porque en la época ser hijo bastardo era un inconveniente importante. Sin embargo debía llevarse bastante bien con su finado hermano y por eso fue escogido para el cargo.
 No se sabe cuantos años duró esa tutoría, pero de ella nació una fructífera relación que se mantendría una vez que Ivan Bernaldo de Quirós alcanzara la mayoría de edad. Juntos don Ivan y don Gonzalo harían frente a un formidable enemigo. Los todopoderosos condes de Luna y Merinos Mayores de Asturias: los Quiñones.
Estamos en 1468, el infante don Alfonso se ha rebelado contra su hermano Enrique IV, a la causa del infante se han unido los condes de Luna y toda su clientela asturiana (entra los que se encuentran los Miranda), como recompensa don Alfonso ha otorgado el cargo de Merino de Asturias a Don Diego Fernández de Quiñones. Para contrarrestar la maniobra el rey don Enrique IV nombra su propio Merino de Asturias: Ivan Bernaldo de Quirós. Los cuales permanecen leales al rey legitimo enfrentándose incluso con sus parientes los Miranda (parece que la enemistad entre las dos casas ya se había iniciado con anterioridad, este enfrentamiento bien podría seguir a la lógica del enemigo de mi enemigo es mi amigo). En esta lucha "el Bastardo" apoyará fielmente a su sobrino, pero no podrán impedir que los Quiñones tomen control de una parte importante de la región. Curiosamente parece que el dean de la catedral de Oviedo estuvo del bando de los Quiñones, enfrentándose contra sus propios encomenderos los Quirós.
 Sin embargo los Quirós eran gente muy poderosa en la tierra y más valía tenerlos como amigos. El infante don Alfonso envía a otro asturiano, Gutierre de Hevia, a tratar con ellos y sumarlos a la causa rebelde. Lo conseguirá y será recompensado con 2000 maravedíes. A cambio de renunciar a la Merindad de Asturias los Quirós ven reconocidos varios portazgos en la zona de Mieres, posiblemente entre ellos se encontrará una casa fuerte desde la que Ivan Bernaldo de Quirós instituirá en 1474 el Mayorazgo de la Casa de Quirós.
 Los Quirós y "el Bastardo" entre ellos habían dado un paso decisivo al cambiar de bando y no habría vuelta atrás. Con la muerte de Don Enrique se desata de nuevo la guerra civil, está vez entre Isabel y Juana la Beltraneja. Los Quirós estarán de nuevo en el ejercito real enfrentándose a un ejercito portugués en Zamora. En esta ocasión el día será para los castellanos. Como recompensa por sus servicios en el ejercito varios miembros de la nobleza asturiana quedan redimidos de ciertos delitos cuya naturaleza se desconoce. Uno de ellos es don Gonzalo Bernaldo "el Bastardo". Nos queda imaginarnos que tipo de delito estaba redimiendo a las ordenes de los Reyes Católicos.
Mapa de las posesiones más destacadas de los Quirós a lo largo de los siglos.
 No pudo disfrutar don Ivan del Mayorazgo por él instituido. Murió de lepra el mismo año 1474, dejando bien claro que el mayorazgo de los Quirós pasaría del padre al hijo mayor, con primacía de los hombres sobres las mujeres. El problema era que, de nuevo, el heredero legítimo era menor de edad. Y de nuevo recayó sobre "el Bastardo" la tutoría y el gobierno de la casa. Esta vez la cosa no salió tan bien como esperaban.
 Los sobrino-nietos de don Gonzalo eran menores de edad, pero debían de ser lo bastante mayores como para no gustarles la tutela a las que les sometía su tío bastardo. Era don Gonzalo ya un hombre mayor, posiblemente de más de cincuenta años, se había casado recientemente con su pariente Elvira de Quirós, que pese al apellido, pertenecía a la Casa de Miranda, y su sobrina, doña Isabel de Quirós se caso con el cabeza de linaje de los Miranda, don Diego de Miranda. Todo ello con el beneplácito de don Gonzalo. No con el de los Quirós.
 Posiblemente debido a problemas con las dotes, posiblemente debido a que las viejas enemistades no se habían olvidado del todo, las casas de Miranda y Quirós estaban en este punto más enfrentadas que nunca. Y don Gonzalo "el Bastardo" enemistado también con sus sobrino-nietos se pasa al bando de los Miranda. Desde entonces será considerado un traidor por los suyos.
Y se convertirá en un problema para el Corregidor.
 Don Gonzalo, hay que decirlo, se había hecho el hombre fuerte del concejo de Aller merced de unas donaciones que la reina doña Isabel había tenido a bien concederle. El problema es que el concejo de Aller estaba muy cerca de las posesiones de los demás Quirós, que se habían establecido en el valle del caudal y tenían casa fuerte en Mieres. Estaban los tiempos un poco revueltos (como siempre, en realidad) y los bandidos y malhechores merodeaban por la región asturiana, muy seguramente azuzados por esa nobleza levantisca que era la asturiana.
 El corregidor Luis Mejía venía a poner fin a esa situación. Y eso no gustó a los Miranda, que posiblemente vieran peligrar su influencia en la región. Como era costumbre el Corregidor convocó en Oviedo, en verano de 1483, una Junta General para dar a conocer sus intenciones y las instrucciones de los Reyes Católicos. Y hete aquí que los Miranda, acompañados con don Gonzalo "el Bastardo" aparecen con 150 hombres de armas y se instalan extramuros en el convento de San Francisco, que por cierto era panteón familiar de los Bernaldo de Quirós. La sangre no llegó al río, el escribano Alfonso Álvarez de Oviedo, medió para que los de Miranda retirasen su nutrida escolta. Sin embargo el corregidor tomó nota de quienes se le habían opuesto.
 Ese mismo invierno don Gonzalo, que entremedias había tenido tiempo de secuestrar al escribano y pedir 30.000 maravedíes de rescate, es sorprendido por su sobrino Gonzalo Bernaldo de Quirós "el mozo" y por Juan de Argüelles que acompañados de varios hombres se disponen a matarlo. No lo consiguen, "el Bastardo" se refugia en una de sus casa fuertes. No sobrevivirá mucho más.
 Muy poco tiempo después contrae una enfermedad fulminante que acaba con su vida. No dudando los contemporáneos en decir que esa enfermedad "era de hierbas" es decir: envenenamiento. Se acabó la historia de "el Bastardo" se había ganado demasiados enemigos. Pese a todo fue enterrado junto con el resto de su linaje en el monasterio de San Francisco de Oviedo, donde sus parientes no se olvidaron de dejar muy claro en el epitafio: "Aquí yaze Gonzalo Bernaldo de Quirós, fijo de Juan Bernaldo de Quirós, Bastardo"

Ideas de Aventuras:
1) Uno de los Pj's se he enamorado, y es correspondido, por una hermosa dama de la casa de Quirós. Lo que pasa es que a su padre y a sus hermanos eso no les hace nada de gracia.
2) Uno de los Quirós ha contratado a los PJ's para que ocupen uno de las torres que han conseguido en encomienda en las montañas de Teverga. Lo que no sabe ninguno de ellos es que la torre está embrujada desde hace muchos, muchos años.
3) Gutierre Bernaldo de Quirós ha reclutado a los Pj's para que le acompañen mientras porta el pendón real en su próxima batalla contra los portugueses...

Post scriptum: no he querido extenderme más sobre el linaje de los Quirós para que no resultará más confuso de lo que ya es. En primer lugar los nombres de los cabezas de linaje, excepción hecha de Ivan Bernaldo, se repiten una y otra vez, en segundo lugar, los Miranda, sus parientes y enemigos, muchas veces se apellidaban Quirós también, en tercer lugar, no siempre es fácil precisar en que fecha ocurre cada cosa. Solo me gustaría añadir que los Quirós fueron durante los siguientes 400 años una de las familias más influyentes de Asturias, llegando a tener desde mediados del siglo XVI asiento permanente en la Junta General del Principado, y seguramente este asiento lo tendrían desde bastante tiempo atrás, porque dicen que lo tenían desde antiguo. Imposible ser más preciso.
 Lo que me llamaba la atención delos Bernaldo de Quirós es como encajan perfectamente en nuestra idea arquetípica de una familia de la baja  nobleza medieval. Leales a sus señores, grandes guerreros, pendencieros, ambiciosos, violentos, despiadados... Los Quirós tuvieron suerte en sus apuestas, supieron subirse al caballo ganador, muchos otros no lo hicieron y apenas han dejado huella en la Historia. Ahora toca al DJ y a los jugadores que tipo de caballero o hidalgo quieren ser/dirigir ¿un emulo de los Bernaldo de Quirós? ¿o uno de tantos que fue de derrotado por otros más hábiles y que desaparece como llarimes pente l'orballu?







sábado, 6 de julio de 2013

De Rerum Irrationabilium.

Dos cosas me rondan por la cabeza últimamente con respecto al mundo irracional de Aquelarre; la primera de ellas es como deben afectar los sucesos irracionales al mundo de Aquelarre. Es decir como afectarían los sucesos irracionales al mundo Racional. Me explico:
 Si se produce una invasión infernal en una ciudad o una provincia, ¿no debería afectar eso a la Historia misma? ¿No deberían reflejarse de alguna manera esos hechos? ¿Como perciben los humanos estos eventos? En al menos dos aventuras de aquelarre que no nombrare para evitar spoilers, se producen invasiones del infierno, en otra hay un advenimiento del mismísimo Lucifer, en un par de ellas dos monasterios, y los monasterios no eran cualquier cosa en la edad media, son arrasados por hordas demoníacas. ¿Como afecta eso a la Historia? Los monasterios, por seguir con el último ejemplo, eran grandes poseedores de tierras, señores de vasallos, refugio de miembros de la nobleza, y si uno de ellos es arrasado de repente, eso debería tener consecuencias más allá de la mera extinción física de sus habitantes. En una de esas aventuras que he nombrado se soluciona la cuestión diciendo que nadie se acuerda nunca más del monasterio desaparecido, punto y final. Es una solución, claro está, el cielo y el infierno son todopoderosos y lo pueden hacer.
O no.
Totentanz
 ¿Si los poderes divinos o infernales pueden intervenir de esa manera tan definitiva, no se está poniendo un poco en entredicho el orden natural de las cosas, esto es, si el cielo es la RR, el orden lógico de las cosas, "un mundo que podemos palpar con nuestros sentidos y con la fuerza de nuestra fe" según nos dice el manual. ¿No debería ceñirse, al menos el cielo, ha estas "normas de funcionamiento"? Y digo deberían porque los seres angélicos son criaturas Racionales por naturaleza y no deberían poder actuar de forma tan contraria a su naturaleza. 
Eso en el lado teórico.
En el práctico, súbitamente un montón de campesinos se habrían quedado sin señor feudal, o habrían cambiado de uno a otro, con lo que eso conlleva, algunos serían más ricos de repente, otros descubrirían que los caminos parecen ir a ninguna parte o que van a otro sitio distinto, muchos habrían perdido a sus familiares y amigos... no es cosa baladí decir que de un plumazo todo el mundo se olvida de algo. Por no hablar de las invasiones infernales o de las batallas cielo-infierno que tienen lugar en importantes ciudades de nuestra geografía. ¿Como se quedan los habitantes de tal o cual ciudad si un buen día sus calles se ven abnegadas de mareas de criaturas monstruosas o divinas? La mitad de la población se muere del susto, la otra mitad se vuelve loca. Es una opción, tal ciudad se queda maldita, por poner un ejemplo; Toledo deshabitada a partir de aquel año en el que los malache habbalah se abrieron paso a sangre y fuego por Zocodover... Una solución un poco radical desde mi punto de vista y que no nos soluciona el tema de las paradojas históricas (no, Toledo nunca fue arrasada por la hueste angélica, y no, tampoco se quedo deshabitada en tal año). Tal vez sería buena idea combinar estos fenómenos no-naturales (racionales o irracionales) con hechos históricos ya conocidos y pongo otro ejemplo; "¿Recuerda vuestra merced la masacre que se hizo con los judíos en el 1391? Pues tenga a buen seguro, mi señor, que las cosas no son como la gente cuenta..." Supongo que me habréis entendido. 
 En resumidas cuentas, opino que, en un juego como Aquelarre en el que hay que mantener un difícil equilibrio entre uno y otro mundo, habría que tener más cuidado antes de desatar las fuerzas angélicas o diabólicas con toda  su furia sobre los pobres mortales, y que de hacerlo, habría que arreglarse para darle una explicación plausible y acorde con la Historia, en el fondo en la época de las calamidades no debería ser difícil buscar una situación que se pliegue a nuestros fines.
  La segunda duda que me corroe también se refiere al mundo irracional (tanta duda haría que Hume estuviera orgulloso de mi ¡seguro!). Como es bien sabido las criaturas irracionales tienen su hábitat al igual que los animales del mundo racional, unas aquí otras allí, todas ellas con sus creyentes y sus leyendas alrededor. Hasta aquí todo bien.
 ¿Que ocurre entonces cuando los creyentes en tal o cual criatura desaparecen o se trasladan de un lugar a otro?
¡Me he comido al Duque de Alba, a ver que haces!
 Tengo en mente sobre todo a criaturas tales como las mujeres serpiente de arabia, los djinns, los gules, etc. todas ellas criaturas del mundo islámico, aunque mi duda se hace extensible a las criaturas de mitología hebrea o incluso vasca (en el supuesto de que los vascos hubieran tenido una área de influencia mayor del actual, entendiendo por actual el de la época de juego, claro,  en épocas pretéritas). Excepción hecha de algunas criaturas que parecen haberse quedado atrás, como podrían ser las hadas moras, o el gaueko, cuyo hábitat es todo el norte de la península, la mayoría de estas criaturas están confinadas al área cultural de sus "creyentes", pero estos, casi especifico de los musulmanes y los judíos en España fueron perdiendo terreno paulatinamente hasta llegar a desaparecer por completo, desapareciendo también las criaturas de sus mitos. En nuestro mundo racional es evidente porque ocurre esto, simplemente una cultura sustituye a la otra y, salvo alguna que otra influencia, digamos residual, se acaban imponiendo los vencedores a los vencidos. Pero en el mundo de Aquelarre está explicación no me parece satisfactoria. Si asumimos que las criaturas Irracionales son tangibles, es decir existen, como premisa del juego, es evidente que no desaparecen por el mero hecho de que sus "creyentes" sean eliminados físicamente o expulsados. De nuevo nos aparece una interconexión entre historia y leyenda, y desde mi punto de vista está es bastante interesante.
 Las criaturas irracionales podrían intentar adaptarse a las nuevas circunstancias adaptándose lo mejor posible a los nuevos vecinos, pero también podrían salir en defensa, tal vez de forma soterrada, tal vez de forma más abierta, dando lugar a nuevas leyendas y mitos y por ende a nuevas criaturas (porque ¿como se crean las criaturas irracionales?), otras podrían, simplemente marchar al exilio con sus "creyentes", dejando vacío un espacio que sería llenado con criaturas que vendrían con los conquistadores.
 Y eso nos plantea otra interesante situación ¿podrían las criaturas de una cultura expansiva, como era la cristiana de la reconquista, colaborar con los "suyos" para desalojar a sus rivales irracionales y ocupar su lugar basándose en una especie de derecho de conquista de la Irracionalidad? Me viene en este caso en mente un frase del "Pendragon", parafraseo: "los sajones, al llegar a Britania, se trajeron sus monstruos". ¿Podría darse el caso de que los cristianos usaran criaturas irracionales para ayudarles en sus guerras contra los musulmanes? ¿Lo harían abiertamente o sería cosa de una especia de hermandad secreta al servicio de diversos reyes o incluso obispos?
 No lo se, a lo mejor estoy hilando muy fino, a lo mejor las criaturas irracionales están ahí y al día siguiente no están y basta, a lo mejor desaparecen cuando alguien deja de creer en ellas, a lo mejor aparece la Fraternitas Veralucis y se los carga a todos y punto, mira que bien. Todo puede ser, pero la verdad es que estás últimas respuestas no me satisfacen en absoluto, será que soy muy inconformista o que tengo mucho tiempo libre (no, esto último seguro que no).
En fin, estas eran mis dudas y me apetecía compartirlas con los que tengáis a bien leerlas. Si alguien se anima a dejar su opinión bienvenido será. Pero que lo hagáis o no ya depende de vosotros y de que hayáis leído entero este articulo...
Gracias a los que lo habéis hecho.