Hola de nuevo.
Me uno en este Moviembre al Carrusel Bloguero planteado por Las Cosas de Crom, con el título que podéis ver en la cabecera de la entrada.
Y mi elegido es sin duda 7º Mar, un juego de capa y espada ambientado en un mundo de fantasía de corte diecisietesco, en el que los que se exploran los seis mares en busca del séptimo, vamos que el 7º Mar que da nombre al juego no aparece por ningún lado, es un misterio al que se le dedicaban unos pocos párrafos en el manual básico, así que cuando tus jugadores te preguntaban que era ese 7º Mar pues había que decir "No lo se, pero es muy misterioso".
Y no era lo único misterioso del juego. Por lo visto la moda de la época era vagar sin rumbo por un ancho mar lleno de islitas que no salían en los mapas (que no, que en el mapa del juego no salían) buscando artefactos de una civilización desaparecida que tampoco se molestaban en explicarte.
Pero no solo eso, hay muchos más motivos por los que este juego me parecía (y me sigue pareciendo) un horror.
Castilla, que es el original nombre que se da a España en el juego está dividida en "Ranchos", tradicional método de organizar el territorio hispánico desde el punto de vista de George W. Bush, supongo. A mi en concreto me hace pensar en el "Rancho Silver de Playmobil", con un click bigotón con sombrero alto. Capa y espada total, vamos. No tiene magia Castilla, tiene a la Inquisición (como no) y tiene a ese gracioso personaje que creo que es una imitación del Zorro. Ah, y el rey es como Leonardo Dicaprio en "La mascara de hierro".
La historia de Montaigne y su hegemonía era cutre y sin sentido. Resulta que con el país invadido por Castilla una panda de desharrapados castellanos se acercan al Versalles del juego (no recuerdo como se llamaba) y lo asalta. Siendo derrotados heroicamente por el Napoleón del juego en cuestión (tampoco me acuerdo del nombre) que por lo visto es el único en todo el mundo este que se da cuenta que no hace falta disparar todos a la vez, que se puede hacer por turnos y que así se crea una barrera de fuego constante. Con esta refinada táctica masacran a los desarrapados castellanos y, de buenas a primeras, recuperan el país y conquistan un tercio de Castilla (para jugar tipo Curro Jimenez). Y luego se ponen a invadir Ussura, que no es el país de los prestamistas, sino Russia (en realidad es un truki del rey de Montaigne para cargarse al general victorioso y de paso a todo un ejercito ¡de los suyos!).
En la Escandinavia del juego conviven mercaderes refinados y finolis con vikingos brutotes que quieren volver a las buenas y sanas costumbres de sus ancestros. O lo que es lo mismo, los vikingos mola mucho y los meto aquí con calzador.
Había también una suerte de piratas del Caribe, pero que como no había Caribe, pues se quedaban por allí cerca. Podrían ser piratas de la Berberia, pero no, tampoco había berberia. (Si que había moros, claro, el Imperio de la Luna Creciente, pero no te los explicaba demasiado
En fin, una serie de despropósitos, uno detrás de otro, resultado de meter en una batidora todas las ideas que los autores consideraban interesantes del periodo histórico que vas desde el s.XVII hasta el XIX europeo, y sin esforzarse demasiado en conectarlas o darles coherencia con la tonta idea de que si mola por separado todo junto tiene que petarla.
Pues no. Todo junto es un monstruo sin sentido, absurdo y poco creíble.
Lo peor de todo es que no solo me compré el básico y la guía del DJ, sino también dos o tres suplementos que profundizaron en un mundo que me gustaba menos cuanto más leía sobre él. ¿Por que lo hice? Ni idea, era joven supongo, fue hace más de diez años, eran otros tiempos, vientos de rol distintos, no salía al mercado nada que me interesara en realidad y había que explorar otras cosas. Cuando hace un par de años me di de cara con todos los libros que había comprado de este juego el título del Carrusel de Noviembre me retumbó en la cabeza ¿Por que coño me compré esto?
Pues no lo se, de verdad que no lo se. Pero es que encima me gaste una pasta...
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