domingo, 2 de diciembre de 2012

Oviedo, muros y extramuros.


Estaba documentandome sobre el Oviedo medieval cuando me di cuenta, casi por casualidad, que había un pequeño fallo en el mapa que se nos presenta en Asturies Medievalia. Tal y como esta presentado nos da a entender que sigue una orientación Norte-Sur si tienes la página apaisada, que es como te permite leer los nombre de las calles y puertas, la falta de una rosa de los vientos nos puede hacer caer en ese error.
Sin embargo esto no es así.
El mapa está orientado en dirección Oeste-Este, quedando al Sur la puerta de Cimadevilla, en la esquina Noroeste la fortaleza regia y en el Este, alrededor de la puerta de la Noceda, la zona eclesiástica en la que se concentran la catedral de San Salvador, el convento de San Pelayo y el convento de San Vicente.
Si se aprecia claramente en el mapa que la arteria principal de la ciudad es la formada por las calles Cimadevilla y la Rua Francisca. Siendo la primera la de mayor importancia en la ciudad, estando defendida por una torre, que también hacía funciones de cárcel junto con el castillo, y situándose la picota de la ciudad extramuros en las inmediaciones. También extramuros se continuó desarrollando de manera extraordinaria, llegando ya en el siglo XIV a formarse un nuevo barrio conocido como Puerta Nueva, puerta ésta que nacía sin cerca. La Puerta de Cimadevilla era la entrada habitual de los peregrinos y viajeros que llegaban desde Castilla y que continuaban por la calle de la Rua hasta desviarse para la Catedral. La afluencia de francos en la ciudad se deja notar en los nombres de las calles Francisca y Gascona, llegando a nombrar Alfonso IX un merino diferenciado para ellos.

Siguiendo con la muralla sus obras comienzan en 1261 por orden de Alfonso X queseguía las directrices que ya había marcado Alfonso IX. En 1264 el rey sabio envía a la ciudad a Pérez Daoz como representante suyo para finalizar el tramo de muralla que va desde Ferrería hasta Noceda. Siendo este el último tramo que quedaba por finalizar debido a la resistencia del cabildo catedralicio que tenía abundantes posesiones en la zona Este de la ciudad que se verían afectadas por la construcción de la cerca. La muralla tenía dos varas de ancho y 5 metros de altura, con solo pequeñas partes de paseo de ronda y almenas en la parte del convento de San Pelayo.
Muchas de las calles de la ciudad, no solo Cimadevilla, tenían continuidad extramuros debido a que la muralla ya fue construida en su inicio más pequeña de lo que correspondía a las proporciones que en ese momento tenía la ciudad. Las casas que estaban fuera de la ciudad no correspondían jurídicamente a la misma, es decir formaban parte del alfoz de la ciudad, pero no eran la ciudad, pese a que en muchos casos prolongaban extramuros el trazado de las calles.
Aunque puede que las murallas parezcan no demasiado poderosas, cumplieron con creces su función cuando, durante la guerra entre Pedro I y Enrique de Trastámara, resistieron el asalto de este último, que intentaba convertir Asturias en plaza fuerte de su rebelión debido a las facilidades defensivas que ofrecía el principado. Enrique no fue capaz de tomar la ciudad en 1351, aunque parece que hubo combates de gran intensidad, especialmente en los alrededores de la puerta de Cimadevilla, donde había un bastión que la defendía. El barrio de Puerta Nueva resultó gravemente devastado, tanto que cincuenta años después todavía estaba presente en la vida de la ciudad el incendio causado por el conde don Enrique.

Completaban el paisaje extramuros de la ciudad tres importantes monasterios:
Monasterio de monjas benedictinas de Santa María de la Vega, fundado extramuros en el siglo XII. Ubicado junto a la vía que unía Oviedo con Gijón y Aviles, lugar de paso obligado de viajeros y peregrinos que llegaban desde el oriente asturiano.
Monasterio de Santa María del Campo, comúnmente "El Campo", fundado extramuros por los franciscanos a mediados del s.XIII. Frente a él se localizaba una explanada o plaza en la que se celebraba, desde finales del mismo siglo, mercados. Estaba situado en la parte Oeste de la ciudad, frente a la fortaleza y puerta de Socastiello. Los nombramientos se confirmaban en asamblea general plena que se celebraba extramuros en el monasterio franciscano durante el día 24 de Junio, fiesta de San Juan.
Y por último el monasterio de las monjas de Santa Clara, situado al norte de la fortaleza.  

Ideas de aventuras: 
  •  Los personajes podrían estar presentes durante el frustrado asalto de don Enrique a la ciudad, tanto en un lado como en el otro, o puede que simplemente se vean atrapados por el incendio ocasionado.
  • Uno de los personajes ha sido encarcelado en la torre de Cimadevilla y sus compañeros deben realizar un intrépido rescate. O bien pueden esperar a que lo expongan en la picota para tirarle un poco de fruta podrida y luego ya sacarle.
  • Los personajes escapan de una peligrosa criatura sobrenatural. Intentan refugiarse en Oviedo pero las puertas de la muralla ya están cerradas. ¿Buscarán cobijo en las casas o monasterios vecinos?¿Intentarán saltar la cerca? ¿Que pasará a los que viven extramuros cuando la bestia se acerque a sus casas?

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